martes, 8 de enero de 2008

Champú dorado

Este año nos quedamos sin los Globos de Oro. Y mira que soy partidaria de las strikes y de los guionistas, pero como me joroben también los Oscars servidora y la WGA (Writers Guild of America) la vamos a tener. Porque yo gano un Oscar cada dos o tres años. No, no me pongan esa cara y no miren para otro lado: ¿a ustedes nunca le han dado uno? ¿No? ¿Seguro? Bueno, a lo mejor se han llevado un Tony, un Emmy o un Grammy. O una Palma de Oro en Cannes. O un León de Oro en el Festival de Publicidad. O si les va el rollo patrio, un Goya (un Ondas no, que no dan tiempo para los agradecimientos y una no puede lucirse). Si vuelan muy alto o si les ponen los escotes de la princesa Magdalena, un Nobel. Y si lo que les mola es recoger el premio en pantalón corto y rozarse y abrazarse con un montón de tíos sudados y semidesnudos, la Champions. ¿Será por premios?
El tema es que estoy convencida de que más de uno se ha colocado delante del espejo y ha agredecido el premio a sus padres, a su abuela recientemente desaparecida, a su novio/a y a su hijo/a. Yo me he llevado tres: por "El silencio de los corderos", por "Million Dollar Baby" y por "Volver". No, cuatro: se me olvidaba el de "Monster's Ball", cuando Adrian Brody me plantó aquel pedazo de beso (jurlll!!!). Nominada he estado muchas veces (hay que perder de vez en cuando para que todo el mundo hable de la injusticia que se ha cometido contigo) y la cara de "oh, estoy un poco desilusionada, pero muy contenta de que se lo hayan dado a Meryl Streep, gran actriz y mejor persona" me sale de maravilla. Para eso soy actriz. Y de las mejores, que tengo cuatro Oscars.
Pero lo más divertido es ojear el Vogue y decidir qué se pone una para las galas. Yo utilizo siempre la misma política: diseñador español para premios extranjeros, diseñador extranjero para premios españoles. Si es un Goya me coloco un Galliano, un Armani Haute Couture o un Marc Jacobs. Si se trata de un Oscar o de una Palma de Oro, un Jesús de Pozo o un sybillazo. Nunca, jamás, un Hannibal Laguna: un hombre que ha vestido a Norma Duval no puede vestirme a mí. Es una cuestión de principios. Y bien que lo siento porque últimamente hace cosas espectaculares, pero servidora posee férreos valores.
Así que, como mujer experimentada en estas lides que soy, les dejo una serie de recomendaciones para cuando reciban su premio: no acudan a recogerlo acompañados de la pareja de turno, luego se pasarán la vida viendo imágenes donde aparecen con un tipo/a al que ahora aborrecen. Pronuncien un discurso corto, pero emotivo y gracioso; lloren un pelín al principio, hagan como que no pueden hablar durante un instante, esperen al segundo aplauso y entonces arranquen ya sin titubeos (sólo en el caso de premios del mundo del entertainment, si es tema literario, alegría contenida y austeridad). Bajen del avión con las gafas puestas y el premio en la mano; los periodistas querrán fotografiarle con él. Nunca digan que lo ponen en el salón: o en el baño o se lo dan a su madre para que lo coloque entre el Diploma acreditativo de su participación en la San Silvestre de 1981 y el cenicero de barro que hizo en preescolar por el Día del Padre. Jamás ganen un Grammy Latino (es lo más cutre que hay). Sí, pueden llevarse el galardón al mejor actor de cine porno, concretamente en la feria anual de la industria pornográfica de Las Vegas. Nunca ganen un premio por la actividad profesional que desempeñan en la realidad: si no se lo dan jamás, su grado de frustración será mayúsculo. Y si se lo dan, no me lo cuenten: mi grado de envidia es tan mayúsculo como mi frustración (les diré que me alegro mucho y me creerán porque soy actriz -¿les he dicho ya que tengo cuatro Oscars?-, pero es mentira). Y por encima de todo y sobre todo, no cojan el bote de champú anticaída como si fuera la estatuilla: el espejo les devolverá una imagen tan patética que se darán cuenta de lo pavos que son. Y se deprimirán mucho.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Entre los episodios que mi vida nunca me ha dado, esta el de fantasear con el reconocimiento publico, mucho menos el ensallar que es lo que tendria que decir en casos asi, quizas por la falta de motivacion que esto me genera.
Reconocimiento es el que uno mismo se genera sin esperar que los demas te lo aplaudan o te lo recuerden bien publica o privadamente. Es por ello que me da curiosidad ver el ensayo ajeno como forma de elevacion de la autoestima, llorando se llega lejos, mamando mucho mas y no te dio nada vendiendo o enañando, formas lejanas a mi psique.
Que lastima no teno ni la intencion de truinfar el porno, lamentable vida de enteraza la de alunos.

Anónimo dijo...

Rocco sin freddy... Yo que tú miraría mi teclado por si hay letras que no se marcan.. Por diossssssssss..

Anónimo dijo...

Freddy, menos mal que siempre estas presente en los momentos que mas te necesito. Deja a Diossss tranquilo que bastante mal le esta saliendo la cosa pa que se preocupe de un teclado gandulon.
Mandame uno, toy habierto a seres explendidosssss.
Por ultimo mi querido Watson, tabaco, mucho tabaco o pipicas pa los nelviossssss.