lunes, 23 de marzo de 2009

Mad Men

Antonio David se ha vuelto loco. No es para menos: su ex-suegra Rocío Jurado sigue ganando batallas después de muerta, igualica que El Cid. Sólo el hecho paranormal de que un fantasma te haga pagar una millonada podría explicar las pintas con las que apareció en La Noria el otro día, maqueao con el nuevo maquillaje de temporada de Clinique: les juro que en los párpados llevaba el Fresh Bloom Eye Shadow en el tono Cherry Blossom (¿vieron cómo brillaba el arco superior de sus depiladísimas cejas?) y en las mejillas el Quick Blush en el Hurry Honey. El pelo como si se lo hubiera peinado el ex-marido de Karina puesto en cumplir: hacerle el brushing a un tío debería estar penado con un internamiento en el antiguo GH, cuando consideraban que los secadores no formaban parte del experimento sociológico. ¡Esperen, si Juan Miguel estuvo internado en el "Hotel Glam"! Pero claro, estar ahí es como meter a Clint Eastwood en un colegio de señoritas. Así es imposible rehabilitarse.

Antonio David se ha convertido en Antón D.: se levantó una mañana y se encontró con que un ectoplasma le había ganado la batalla legal. ¿Hay algo más kafkiano? Si hubiera contratado a Allison Dubois y no a Rodríguez Menéndez, eso no le hubiera pasado.

¿Quieren más pruebas de la locura de Antonio David?: el muchacho ha pedido el carné de periodista a la Asociación de la Prensa (¡cuánto nos cuesta escribir carné en lugar de carnet a los que tenemos una edad). Si se lo dan, se abrirán las puertas del Infierno. Y adivinen quién se pondrá a la cola.

Otro que ha tenido que volverse loco es el novio de la Duquesa de Alba: declaraciones exclusivas en HOLA. ¡Y yo que estaba convencida de que era una historia de amor! (sí, ya sé, amor raro, gagá, viejuno, pero amor al fin y al cabo). Ya no puede una confiar en la bondad de los extraños.

Unos locos muy distintos a los anteriores y que despiertan interés en su "disparatado esplendor" son los que aparecen en los posts de González Pellicer y de Hong Kong Blues, dos joyitas. Y "Mad Men": Cuatro la ha trasvasado de Canal + y la ha colocado ¡a la 1 de la mañana de martes! Pero si les gusta la publicidad, los primeros sesenta y los tíos, tíos (Jon Hamm demuestra que se puede ir bien planchao y bien peinao y que las hormonas se te salgan por el traje, tirando por tierra el rollo de macho marrandungo de Russell Crowe y Collin Farrell) merece la pena dormir un poco menos. Y se darán cuenta de que tenemos ya lo políticamente correcto infiltrío en la masa de la sangre: verlos beber y fumar tanto resulta extrañísimo (del acoso sexual disfrazado de galantería a las compañeras de trabajo mejor no hablamos). Posiblemente si yo le hubiera tirado más al whisky que a los cafelicos cuando trabajaba en publicidad, me hubiera ido mejor la cosa. Incluso se me hubiera ocurrido lo de Karabatic.

miércoles, 18 de marzo de 2009

El baile del gorila

Portada ¡HOLA! 25 marzo 2009:

"CARMEN MARTÍNEZ-BORDIU RELATA SU FASCINANTE AVENTURA ENTRE LOS GORILAS DE UGANDA"

No hay suspense alguno: me la he comprado. Procedo al análisis:

En una extraordinaria narración en primera persona, Carmen cuenta que su querencia por los primates comenzó cuando vio "Gorilas en la niebla" y se dijo a sí misma: "Esto lo tengo que hacer". Menos mal que no vio "Viernes 13", porque si en lugar de imitar a la doctora Dian Fossey le da por seguir los pasos de Jason, ni les cuento la de bajas que hubiera habido en la aristocracia española.

Carmen expresa su desilusión por no encontrar tigres ni leopardos nada más llegar al parque de Murchinson Falls. ¿Querría que le pusieran los tigres en el parque como a su abuelo los atunes? Y nos ilustra sus incursiones por la selva con un estilismo de los saldos de Coronel Tapioca. Se nota que no ha ido con ella Naty Abascal; en ese caso el reportaje hubiera sido tipo "Memorias de África" revisitado, con salacot y unos cómodos Louis Vuitton de 15 cm. forrados de piel de leopardo para colgarse por las lianas. Que Naty ya tiene experiencia a la hora de posar con animales salvajes.

Carmen, indómita, escala hasta lo más alto de las cataratas Murchinson, se topa con una comunidad de pigmeos y corre aventuras mil hasta que localiza a la familia de gorilas que va rastreando (no me la imagino oliendo las cacas que halla por el camino en su búsqueda gorilácea, pero ¡qué sé yo de rastrear por la selva!). Tras su fascinante encuentro con un macho dominante llamado "Espalda Plateada" (jurl, jurl) y su pena infinita al verlo marchar, Carmen nos proporciona la Ficha del gorila. No, no la ha sacado de Wikipedia; es fruto de las observaciones recogidas por la propia Carmen tras observar a los gorilas durante menos de una hora, porque se nota claramente que vuelca sus experiencias personales: entre dichas anotaciones podemos leer que los gorilas "forman pequeños harenes liderados por un único macho maduro... siempre que a una pareja establecida se le unan otras hembras adultas, la secuencia de llegada la determinará el orden jerárquico femenino". Y he ahí el claro paralelismo entre la vida de los gorilas y la de Carmen, ya que cuando se casó con Jean-Mari Rossi ("¿Cabeza Plateada"?), la ex del anticuario, Carmen y la novia de Rossi de entonces vivían en el mismo edificio. Eso sí que es un macho dominante y no Jesulín, que no consigue poner de acuerdo a la Campa, la Esteban y a su madre.

Al final del reportaje Carmen, exhausta y feliz, consigue su certificado de haber rastreado gorilas en Uganda. No sabía yo que daban un certificado por eso, pero mira, ya tiene dos, ése y el de la EGB. ¿O sólo tiene uno?

lunes, 2 de marzo de 2009

Recession

Que no cunda el pánico. Usted no es una cutre porque este año lleve la ropa de la temporada pasada ni por estar tiñéndose en casa con tinte Carrefour (¿alguien me puede explicar lo del color "violín"? Es más raro aún que el "rosa palo"). No. Según el XL SEMANAL usted es "recessionista", el nuevo palabro mezcla de "fashionismo" y "recession" que se han inventado los popes de las revistas de moda para que esta crisis nos pese menos en nuestra maltrecha alma de consumidora. Y se han quedao descansando. Ya lo había dicho Josie Supermodelo: "Hay que rebuscar en la charity". Proféticas palabras.

Por su parte la edición online del Times nos propone 50 maneras de ser recessionista: desde sustituir al entrenador personal por bailar en las discos hasta hacerse una ruta de perfumerías pidiendo muestras en lugar de comprar cremas. Vamos, lo que lleva haciendo servidora toda la vida. Así que aquí van otras cuantas tonterías para ayudarles a pasar por este valle de lágrimas. Rosa Palo Servicio Público.

Lo last de lo last son las Swap Party, fiestas organizadas para intercambiar ropa con las amigas. Es decir, lo de pedirle ropa a tu hermana pero con nombre en inglés y música de Pizzicato Five de fondo. Estupendo. Sólo algunas cuestiones a considerar: asegúrese de que sus amigas tienen más o menos la misma talla que usted (si ellas se conocieron antes en un centro de anoréxicas, mejor no las llame: se deprimirá), y no confunda el swap party con un tupper-sex, porque una cosa es intercambiar una camiseta y otra el conejito rampante de Sexo en Nueva York. Tampoco están permitidas las medias con carreras ni los calcetines con tomates, no me sea usted cutre: lo que no quiera para usted no lo quiera para las demás, incluidos los ex-novios. ¡Ay, ya estoy viendo a la princesa Letizia y a Mary Donaldson organizando una swap party en La Zarzuela para intercambiarse las tiaras! Seguro que Peñafiel se muere de envidia.

Rebuscar en los puestos del mercadillo y probarse los pantalones en la parte de atrás de la furgoneta de un vendedor ambulante (ay, papa, la fragoneta) es lo más cool, lo más trendy y lo más chic. Las coolhunter al oir "Nenaaaaa, tres bragas 5 euros!!!!" se vuelven locas de remate.

En lugar de comprar ropa nueva vaya a las tiendas de segunda mano: la tintorería para poder ponerse ese vestido vintage tan monísimo sin que le provoque psoriasis le costará el triple de lo que ha pagado por él, pero qué más da si se habrá convertido de golpe en una recessionista de tomo y lomo.

Bórrese de Círculo de Lectores y vaya a la biblioteca pública más cercana. Es cierto que cuando le llegue al fin el turno de leer la última novedad editorial, el libro se habrá convertido en un clásico, pero ¡qué más da! Y pida prestados libros a los amigos. Eso sí, los suyos nunca, jamás los preste.

Siga el ejemplo de las grandes: no vaya a la peluquería como Tita ni a la depiladora como Isa P. Confeccione su propia ropa y cósase una túnica faletera con unas cortinas antiguas. Consuma producto nacional mientras lucha contra la explotación infantil de las grandes marcas de ropa deportiva: sustituya sus Adidas Classic por La Tórtola. Y si tiene amigos que fuman, deje de comprar tabaco. No, no he dicho que deje de fumar, sino de comprar tabaco.

Abandone el consumismo y apueste por el comunismo, los grandes hipermercados ya lo están haciendo. ¿Que no? Intente encontrar una marca en Mercadona que no sea Hacendado. Sí, es probable que piense que un supermercado albanés en plena guerra fría tenía más surtido, pero yo creo que es que al fin el minimalismo ha llegado al gran público: lineales de supermercado más blancos que el interior del museo de Arte de Bregenz y música de Philip Glass por los altavoces. Y déjese llevar por los especialistas en naming: la nueva marca blanca de El Corte Inglés se llama "Aliada". ¿No es divino?

Y, por favor, no salga a comer de restaurantes, que sale por un congo. Lo más de lo más es llevarse la comida en un tupper. EL PAÍS de esta semana nos ayuda con sugerencias como "Ensalada de habas, tirabeques y jamón con salsa de mostaza". Cómodo y fácil de preparar, porque pelar las habas, escaldarlas en agua hirviendo, refrescarlas en agua con hielo y quitarles la piel es lo más rápido del mundo.

Utilice el transporte público y hágase camarada de los autobuseros, ese gremio escogido de entre los más simpáticos del género humano. Parece que la selección de personal la haya hecho Jesús Bonilla después de pasar por un tracto rectal.

Así que con este panorama no me extraña que quiera retirarse Anna Wintour, editora del Vogue americano de toda la vida de Dios. Líos aparte, estoy convencida de que, en el fondo, Anna no está dispuesta a pasar por el recessionismo, porque Anna ha sido de gastar mucho y no la veo yo rebuscando en los montones de los puestos del mercadillo. Por cierto, si quiere evitar que la Wintour abandone el Vogue, apóyela comprando una de las camisetas de Chris Sauvé a 65 $ la gilipollez. Piense que es una inversión; siempre podrá llevarla a su próxima swap party.

En definitiva, lo mejor que puede hacer es leer este blog. Compruebe cuánto se ahorra en revistas. Ah, y si en su ciudad hay un festival de cine donde proyectan pelis gratis, vaya, vaya. De nada.