sábado, 31 de diciembre de 2011

Campanadas a medianoche

PUBLICADO EL 27 DE DICIEMBRE EN LA VERDAD

Tengo el gafe con la Nochevieja. En la última noche del año siempre me han ocurrido toda una serie de catastróficas desdichas: desde los calamares rellenos que me sientan como un tiro hasta las uvas malignas que se me atragantan (una vez mi madre estuvo a punto de hacerme una traqueotomía con el cuchillo jamonero y un boli BIC), han sido varios los desastres que me han hecho empezar el año maltrecha en el sofá haciendo zapping por todos los especiales de Nochevieja, justo castigo por no haber seguido los consejos de Rappel, porque nunca he llevado ropa interior roja ni, por supuesto, tampoco le he echado un anillo de oro al cava; con mi historial hubiera acabado tragándomelo.

Pero como todo es susceptible de empeorar, ha empeorado: este año Isabel Pantoja, gafe reconocida mundialmente, dará las campanadas, por lo cual su mala calafá y la mía juntas pueden hacer que, efectivamente, 2012 sea el año del fin del mundo y no nos salve ni John Cusack. La única esperanza que me queda es que Vasile haya deshecho el maleficio con el poder sanador del millón de euros que le ha pagado a Pantoja tras fichar por Tele 5 (yo en eso sí que creo, que le tengo mucha fe a los cuartos: te dan un buen puñao y se te quita el mal de ojo). Y aquí estoy, debatiéndome entre las uvas de la ira de la Pantoja y las uvas en almíbar de Igartiburu. Mi suegra, que siempre ha sido una mujer valiente pero que ahora ya es una temeraria, dice que no me preocupe, que desafiando a todas las fuerzas negativas del universo nos vamos a tomar las uvas con Isabel, que contrarrestaremos la maldición trianera con un conxuro galego y que nosotras vemos a la Pantoja pase lo que pase (mi suegra sabe que Isabel se llevó a su hermano Agustín de personal shopper, por lo que espera ansiosa el desparrame estilístico). Pero, a pesar de todo, yo no lo tengo tan claro: seguro que, en cuanto den las doce campanadas, me van a pasar más desgracias que al Coyote. Así que si ven que empieza el año y no hay columna, vayan a visitarme al Hospital de Santa Lucía. Y llévenme una caja de Godiva y el ¡HOLA!, pero si sale Pantoja arranquen la página, que esta tía me remata en el hospital. Gracias anticipadas.

martes, 27 de diciembre de 2011

Felicitaciones

PUBLICADO EL 20 DE DICIEMBRE EN LA VERDAD

Una tarjeta: sólo me ha llegado a casa una tarjeta felicitándome las Navidades. En cambio, el correo electrónico lo tengo llenetico de postales virtuales con estrellas, abetos y villancicos versionados por el tío de la cabra. Que sí, que es más barato y más cómodo, y agradezco sinceramente que hasta Toldos Encarnita se acuerde de mí, pero ¿dónde están las tarjetas de Ferrándiz y de Unicef? ¿Ahora qué cuelgo en el árbol? ¿El iPad? Y eso por no hablar de los mensajes de Nochebuena: una se cree que conoce a sus amigos hasta que le llega al teléfono “Un puñado de turrón bastará para la Navidad, pero un puñado de tu amistad me alimentaría de por vida”. Y entonces te preguntas quién es ese tipo con el que has estado tomándote las copas los últimos veinte años.

Definitivamente son tiempos nuevos, tiempos salvajes: antes el pistoletazo de salida de las Navidades (después de El Corte Inglés, claro, que a este no hay quien le gane, con los turrones en los expositores mientras aquí todavía tenemos arena en los bolsillos) lo daba la felicitación de Norma Duval desde el ¡HOLA!, con Marc Ostarcevic embutido en un traje de chaqueta que brillaba más que la estrella de Navidad y los críos con ese corte de pelo a lo paje (à la page, que diría Norma, que para eso estuvo en el Folies Bergère) que hace nacer en los niños un rencor hacia sus progenitores que no pude curar ni varios años de terapia. Pero ahora son la Duquesa de Alba y Alfonso Diez los que “nos reciben en el Palacio de Liria en sus primeras Navidades de casados”. Cayetana posa para la revista en su residencia de tres mil quinientos metros cuadrados con su Oscar de la Renta, sus joyas Van Cleef & Arpels de su colección privada y su Alfonso siempre detrás, en un tierno gesto de apuntalamiento. Curiosa exhibición patrimonial en un momento en que Cayetano Martínez de Irujo afirma que en la Casa de Alba la cosa está muy achuchá. ¿Habrán hecho el posado para ahorrar en sellos? Pues pensándolo bien, ni correos electrónicos ni postales de Ferrándiz: si la Duquesa les felicita las Pascuas desde el ¡HOLA!, yo lo voy a hacer desde LA VERDAD, con mi camiseta de Zara y mi colección privada de joyas (sí, los pendientes de perlas, que no tengo otra cosa). Feliz Navidad.

martes, 20 de diciembre de 2011

Cuarentones y extraterrestres

PUBLICADO EL 13 DE DICIEMBRE EN LA VERDAD

Me encuentro con J. L. 25 años después de salir de los Maristas. J. L. era uno de esos chicos a los que la llegada de las niñas en COU sumió en un estado de enrojecimiento y tartamudez pero, por lo visto, el hombre se ha espabilado, porque después de los “¡Madre mía, cuánto tiempo!” de rigor, me mira de arriba abajo y me suelta “Estamos cuarentones, ¿eh?”. Así, sin anestesia. Y yo, haciendo gala de toda mi educación, le respondo con un “Sí, sí”, en lugar de soltarle un “¡¡¡Sha-tarr!!!” y dejarlo patitieso (como estamos en horario protegido lo escribo en vulcaniano para que sólo lo entienda Mr. Spock, porque si lo digo en cristiano me parece que esta va a ser mi última columna). Y sí, servidora ha envejecido porque, aunque hable vulcaniano con acento cartagenero, no soy extraterrestre. Igual que Carrie Fisher, que tampoco nació en el planeta Alderaan por mucho que se empeñe George Lucas, y que es la autora de un monólogo descacharrante llamado La verdadera historia de la princesa Leia donde la actriz desgrana su vida con una acidez tremebunda. Cuenta que un día encontró en Google un mensaje que decía “¿Qué ha pasado con Carrie Fisher? Estaba muy buena. Ahora se parece a Elton John”. Y la Fisher se pregunta en qué momento firmó un contrato invisible para mantener el mismo aspecto los siguientes 30 años. Pues lo mismo me pregunto yo: ¿cuándo firmé un contrato para permanecer 25 años después igual que en COU? Obviamente, si lo firmé lo he incumplido.

Pero les revelaré una cosa: hay seres entre nosotros que sí cumplen ese contrato infernal porque presentan la misma apariencia que hace varias décadas. Pertenecen a una raza superior por la que no pasa el tiempo, ya que a partir de los 40 se mantienen crionizadas en las cabinas de belleza de Maribel Yébenes. Al igual que los vulcanianos, tienen un saludo propio (se dan dos besos en las mejillas sin rozarse) y un idioma caracterizado por acabar las palabras alargando la última sílaba (“Fenomenaaal”, “Ideaaaal”) y acentuar las íes hasta el paroxismo labial (“Monííísimo”, “Riquííísimo”). Esa falta de envejecimiento, ese lenguaje característico, ese usar la talla 38 durante años… entre ustedes y yo: son extraterrestres. No, disculpen, por motivos de seguridad no puedo dar nombres, pero si están atentos seguro que las identifican. Porque la verdad está ahí fuera.

Control Z

PUBLICADO EL 6 DE DICIEMBRE EN LA VERDAD

He perdido ya la cuenta de la cantidad de veces que meto la pata al cabo del día, de hecho mi nivel se acerca tan peligrosamente a la prima de riesgo que estoy al borde de la intervención (quirúrgica, que ya está el doctor House afilando el bisturí para abrirme la cabeza y ver qué pasa). Y lo primero que hago cuando me equivoco es pulsar mentalmente Ctrl Z, pero nada: no se puede deshacer. ¿A usted también le pasa? Me lo temía. Y no somos los únicos: la Casa Real tiene las teclas medio borradas de tanto que le está dando para intentar suprimir lo de Urdangarín, y Vasile las ha pulsado por primera vez en su vida pidiendo perdón a los anunciantes tras el desastre de La Noria, aunque Vasile sólo ha empezado a preocuparse cuando ha visto que en lugar de darle a la tecla de sumar le daba a la de restar. Pero la pifia ya está hecha, oiga.

Y ya que no disponemos del Ctrl Z, al menos podríamos tener un Ctrl G para guardar los momentos más bonicos, esos en los que la vida parece un anuncio de El Almendro. O contar con la ayuda de los comodísimos Ctrl C y Ctrl V: haces un cocido con pelotas, lo copias y lo pegas hasta tener reservas en el congelador suficientes para aguantar una revuelta vegetariana encabezada por Morrissey al grito de “Meat is murder”. O un Reemplazar: cambio novio enclenque y descolorío por Hugh Jackman. O un Eliminar, radical pero efectivo; además, si luego te arrepientes de actuar como el quinto jinete del Apocalipsis, siempre puedes ir a la Papelera de Reciclaje. Y del Photoshop, ni hablamos: hasta que sepan cómo trasladarlo al mundo real tendremos que conformarnos con las técnicas analógicas y pleistocénicas de Sara Montiel, que obligaba a poner una media en la cámara cada vez que la fotografiaban para difuminarle las arrugas (yo estoy por ponérmela directamente en la cabeza, que seguro que difumina más). Pero de momento hay que aguantar el tirón, los errores, sus consecuencias, las patas de gallo y los novios feúchos. Aunque yo no pierdo la esperanza del todo: ahora que me tiene con la cabeza abierta, voy a darle a House dos Vicodinas a ver si lo convenzo para que me instale la última versión del Windows. Y, de paso, que me conecte a la Wi-Fi.

Laca

PUBLICADO EL 29 DE NOVIEMBRE EN LA VERDAD

Servidora siempre intenta aprender de las grandes, y como Isabel Preysler dice que ser elegante consiste en ir adecuada para cada ocasión, el jueves me puse de laca hasta las cejas para ver a Raphael y el sábado me dejé crecer las patillas para ir al concierto de los Fleet Foxes: nuestros amigos J. y J. se habían propuesto sacarnos de la caverna musical en la que vivimos y nos invitaron a verlos. “Os van a gustar”, nos dicen. Y es verdad: nos gustan. Y el público es ideal, todos tan bonicos, tan modernos (“Hay modernos pero de verdad, eh, de los que no se ven por aquí” apunta mi marido, aunque para él un tío con un pañuelo al cuello ya es el colmo de lo fashion) y, sobre todo, tan formalicos: no es que estos muchachos barbudos sean el colmo de la marcha y te hagan saltar del asiento para bailar un chuminero, no, que son más de fondos interestelares y armonía vocal, como si los de Mocedades se hubieran hecho hippies en Seattle, pero la gente no se pone en pie. Todos sentaditos como en un autocine; de lujo, eso sí, que el Auditorio El Batel es una monería (disculpen mi ignorancia en cuanto a términos arquitectónicos, pero a mí no me sacan del “¡Qué grande!, ¡Que chulo!” o del “¡Es espectacular!”).

En cambio, las fans de Raphael eran (éramos) unas locas: cuando sale Raphael le grito “¡Guapo! ¡Guapo!”. “Pero si desde aquí no se le ve la cara” me dice la señora del asiento de al lado. Es verdad. Entonces pienso en la cara de Rafael ¡y se me aparece Juan Ribó! ¿Ven?, otra secuela más del abuso de las miniseries: desde Felipe y Letizia en lugar de ver al Rey veo a Puigcorbé. Y a partir de ahí “¡Coqueto!, ¡Ole!, ¡Vamos, Rapha!”, y las señoras (y no tan señoras, que había chicas trendysísimas) de pie bailando yeyé o lo que fuera aquello que bailaban (bailábamos). Y cuando canta “Escándalo” ya es el acabose, la apoteosis, la traca final. Lo cual demuestra que, con la edad, una se convierte en una vieja dama indigna, que dice Esther Tusquets, y hace y dice lo que le da la gana, sin atender a formalismos. O también puede ser que tanta laca nos provocara un subidón masivo: qué barato sale colocarse con Elnett de L’Oréal.

Salir del armario

PUBLICADO EL 22 DE NOVIEMBRE EN LA VERDAD

“¡Qué decepción!”, me wassapeó mi amigo M. “¡No enseña nada!”. Esperaba la reacción de M., un hombre con tal personalidad que lleva años diciendo que le pone Terelu, porque si Terelu tiene valor para salir en el Interviú sabiendo lo que le espera, más valor hay que tener para admitir que te gusta, aunque parece que desde la publicación de las fotos hay cada vez más tíos que reconocen que está buenorra: no estás solo, M. Otra valiente: mi amiga C. confiesa que cada vez que ve a Georgie Dann le entran ganas de hacerle el Bimbó; a mí, en cambio, me dan ganas de hacerme el harakiri. La libido es una cosa extraña: uno tiene a su disposición a los hombres y a las mujeres más atractivos del mundo para fantasear y elige a Terelu o a Georgie Dann. Hasta Bárbara Rey, que dijo que le habían tirado los tejos algunas de las mujeres más guapas de este país, tuvo su primera y última noche heteroflexible con Chelo García Cortés. Estoy esperando que en cualquier momento alguien suelte en una cena que le gusta el feo de los Hermanos Calatrava (¡como si el otro fuera guapo!). Debe ser que, a partir de los cuarenta años y dos gin-tonics, uno reúne arrestos para salir del armario y confesar sus gustos más ocultos aunque, en algunos casos, se roce la parafilia.

En cambio otros, en vez de salir, entran en el armario: asustadas tras la presión social, las empresas retiran la publicidad de La Noria (a ver quién es la primera que sale y se vuelve a anunciar en el programa) y al pobre Jordi González casi lo tienen que sondar porque no hay intermedios. Si seguimos así, dentro de poco el público que acuda a los programas de Tele 5 aparecerá pixelado para que nadie lo reconozca, y en la carnicería sólo se hablará de Redes, no sea que si se te ocurre comentar que Antonio Tejado no le pasa la pensión a Chayo mientras pides medio kilo de ternera para guisar, te critiquen en el barrio. Que ya me lo decía mi abuela: “Tú no te señales, hija”. Y yo lo intento, pero es que mi tendencia natural me lleva más a hablar de los pelos de Punset que de la manipulación de la materia a escala atómica y molecular. Y claro, así me va: la ternera estaba dura.

Esta abuela es un peligro

PUBLICADO EL 15 DE NOVIEMBRE EN LA VERDAD

Jefe, necesito cinco columnas. Sólo tengo 400 palabras para glosar el kiki de Kiko, el que va a hacer abuela a Isabel II de España y I de Cantora (Isabel I sigue siendo Preysler hasta nueva orden, cuidao ahí), y eso no es justo, que Isabel, mi Kiko y mi Jessi tienen 17 páginas en ¡HOLA! para contar el embarazo, 17 páginas que si usted es propenso a las subidas de azúcar no le recomiendo en absoluto: sólo le digo que una comedia de Doris Day y Rock Hudson es Viernes 13 al lado de este derroche de amor y felicidad. En las fotos, tomadas en un lugar indeterminado que simula un hogar pero que parece una tienda de Muebles Rey, los protagonistas juegan al Enredos (tú pon el brazo aquí, yo la cabeza allá, y ahora ella te mira a ti y yo te cojo la manita, y ahora mamá me besa y tú nos miras) aunque realmente a lo que juegan Kiko y Jessi sobre una alfombra es al backgammon; yo hacía más a Kiko del FIFA 2012, pero por lo visto el atrezo de la paternidad lo ha convertido en un intelectual. Y entre tanto lío de abrazos, sonrisas y besos Jessi y Kiko cuentan cómo se enteraron del feliz acontecimiento (Jessi no podía esperar y se hizo el Predictor en una cafetería), cómo Kiko le pidió la mano (el anillo no salía del bolsillo del pantalón, se ve que iba un poco prieto el muchacho) o cómo es él (“Cuéntanos cómo es Francisco en zapatillas de estar por casa, Jessi”, preguntan, “Qué va, yo soy más de chándal”, responde Kiko. Sinceridad brutal). Y todo ello narrado en un tono que sonrojaría a la mismísima Corín Tellado, en loa constante a la ya Santísima Trinidad de Isabel (madre, viuda y abuela), porque desde esa noche en que DJ Kiko salvó la imagen de su madre en Supervivientes (Last night a Dj saved my life tenía que haber cantado Isabel, en lugar de Porque me gusta a morir) cualquier excusa es buena para rehabilitar públicamente la figura de Pantoja. Pero no se dejen engañar, que esta abuela es un peligro, que nos queda mucho por pasar, que dicen que está vendido un pack completo de anuncio de embarazo, boda, luna de miel y bautizo por 850.000 euros, que…¡uy, jefe!, esto se acaba… ya llevo 397 palabras… jefe… ¡jefe!

sábado, 12 de noviembre de 2011

Debate De Luxe

Publicado el 8 de noviembre en LA VERDAD

Como no vi anoche el debate entre Rajoy y Rubalcaba no he podido escribir un artículo en condiciones sobre el tema del día, algo que a ustedes no les importará lo más mínimo porque encontrarán en este diario sesudos análisis al respecto. Y entre otras cosas no lo vi porque yo ya estoy en un punto en el que si el debate no lo modera Jorge Javier Vázquez (lo de la moderación en el caso de Vázquez es un decir) a mí no me luce. Sinceramente, no entiendo que siempre que se habla de debates históricos en televisión salgan a relucir el de Nixon y Kennedy o el de González y Aznar, pero nunca se mencionen los producidos entre Mila y Karmele, Hernández y Benito o Matamoros y Lozano, porque si realmente, como ha dicho la Academia de Televisión, este año querían dar más posibilidades de juego y discusión a los candidatos, lo tenían bien fácil: marcarse un Debate De Luxe, con Jorge Javier como bombero pirómano, Esteban anunciando por sorpresa su candidatura a la Presidencia del Gobierno y dando su fórmula para solucionar el problema griego (“Todos los que tengan previsto irse de vacaciones, a Grecia, pa dejar allí los dineros, ni más más ni más menos”), Hernández a cuchillo contra el PSOE (no olvidemos que a Kiko un director de comunicación del PP le mandó un mensaje dándole las gracias por apoyar a Rajoy en Sálvame) mientras se le cae una muela en directo, Jorge Javier preguntándole a Rubalcaba “¿Eres normal o hetero?”, Lydia bailándole un chuminero a Rajoy, Mila cantándole a Zapatero Si te marchas, Zapatero mosqueao llamando al teléfono de aludidos, Rubalcaba que se levanta cabreado y se encierra en el cuarto de baño mientras le sigue una cámara y Jorge Javier le conmina a que vuelva al plató… y, como fin de fiesta, podrían someter a los candidatos al polígrafo de Conchita. En fin, un debate como es debido, sin asesores, sin árbitros de baloncesto y sin plató especial para la ocasión, que en el de Sálvame hacen dos programas y ahorran un disparate. Pero claro, ver a dos señores hablando tranquilamente, con sus corbatas, sus tiempos medidos y sus turnos de palabra, no mola. Excepto en el caso de que anoche Rajoy sacara a pasear a la niña de nuevo; entonces se habrá armado la marimorena. Y yo sin enterarme.

Halloween

Publicado el 1 de noviembre en LA VERDAD

Agotaíca estoy. Anoche me fui con mi chiquillo, los dos disfrazados, él de zombie, yo de bruja (sin maquillar, vamos) dispuesta a recorrerme todas las casas diciendo lo de “¿Truco o trato?” hasta encontrar una en la que me dieran los caramelos que estaba buscando. Abrí cientos, miles, tantos que con los envoltorios hubiera podido hacerme un vestido a lo Lady Gaga. Pero nada, en ninguno ponía lo de “Dice Rubalcaba que si gana no hará recortes sociales. El mayor recorte social son cinco millones de parados”, ni lo de “Dice Rubalcaba que si gana no hará recortes sociales... Que se lo diga a las madres, pensionistas, parados...”. Fracaso total. Que seguro que se pegan en las muelas, lo sé, y que saben a perro muerto, y que se te quedan olvidados dentro del bolso y un día de agosto buscando las llaves reaparecen en forma mutante y pegajosa… Pero me hacía ilusión abrir un caramelo en Halloween que diera miedo de verdad. Así que esta mañana he telefoneado a Génova para reclamar mis golosinas, y les he comentado la posibilidad de reforzar el mensaje poniéndoles a Rajoy y a Gallardón unos pelucones, unas guitarras y unas plataformas para que canten por los Amaya aquello de “Caramelos, caramelos, caramelos, llevo caramelos” (verán que seguimos con un moderneo musical que pa qué). Pero González Pons me ha llamado idiota y me ha colgado el teléfono.

Despepechada y en pleno subidón creativo (es lo que tiene mezclar Mad Men con las reposiciones de El ala oeste de la Casa Blanca, que al final te crees capacitada hasta para llevar la campaña del Presidente Bartlet) mando un correo a Ferraz para proponerles que organicen un contraataque carameril con frases del Maestro Yoda: “El lado oscuro ellos son”, “Si algún día rigen tu vida, para siempre tu destino dominarán”, “Difícil mi misión es, pero imposible no”. Me contestan: “Estimado/a compañero/a, te enviamos el video de campaña en defensa de la escuela pública. Un saludo/a”. Lo veo. Y después de verlo me entra el mogollón, porque mi hijo va a un colegio público y tengo una chica que me ayuda en casa, y parece ser que ambas cosas son incompatibles, así que o meto a mi hijo en los Maristas a mitad de curso o despido a la chica. Y eso sí que no, mire usted señor Rubalcaba, que hay que hacer cambio de armarios.

Cantando voy

Publicado el 25 de octubre en LA VERDAD

Voy cantando por la calle con los auriculares puestos. Sí, cantando. Con poquita voz pero desagradable. Y en inglés, en ese mismo inglés resuelto y patético que me permite decirle a un recepcionista de un hotel en Ámsterdam “Please, give me a plane” (avión) en lugar de “Please, give me a map” (plano), así que imagínense el cuadro. No, no sufran: no llego al extremo de la Duquesa de Alba de ponerme a bailar en medio de la calle, descalza y con los dedos llenos de tiritas (esas tiritas que acercan tanto la aristocracia al pueblo, prueba de que los zapatos nuevos nos rozan a todos, nobles y plebeyos), pero casi. Y buscando canciones para caminar encuentro una emisora donde hacen la selección de música en función de clasificaciones tales como “Me siento tierna”, “Estoy rallada”, “Estoy sonrojada”, “Me siento happy” o “Me siento blogger”, que debe de ser la que oye Cristina Tárrega para inspirarse. Me entra la risa, se me ocurren tres clasificaciones más absolutamente impublicables, y vuelvo a los clásicos.

Miro a la gente que se cruza conmigo y que también lleva auriculares, o esos cascos enormes y ochenteros que les hacen parecer un cruce entre la Dama de Elche y Carmen Lomana vestida de fallera, pero nadie canta, lo cual me sorprende porque mientras voy por la calle asesinando las canciones de Paul Weller (sí, vale, soy una antigua; si quieren moderneo lean los artículos de Jam Albarracín) dejo de darle vueltas a todo lo que me sucede y nos sucede, a las incertidumbres, a los fantasmas internos y a los externos. Y por eso canto: porque mi mal espanto. De hecho habitualmente más que happy me siento como la chica que soñaba con una caja de cerillas y un bidón de gasolina, porque está la cosa que dan ganas de pegarle fuego; qué les voy a contar a ustedes. Reconvierto mi ira escuchando Walls come tumbling down a todo trapo (No tienes que quedarte con esta mierda, no tienes que quedarte sentado y relajado, realmente puedes intentar cambiarlo), que no hace falta tener pinta de okupa para rebelarse, oiga, que una se puede rebelar finísimamente, y pienso que sí, que los muros pueden caer, y que puedo hacer algo más que maldecir y lamentarme, y que a esto podemos hacerle frente, y voy tamborileando con los dedos sobre el muslo derecho. Y apago la cerilla.

jueves, 6 de octubre de 2011

La Duquesa y la manzana mordida

"Ella todo lo que quiere lo consigue" dijo Carmen Tello envictorioylucchineada perdía. Claro. Pero no sólo la duquesa: Todas Las Que Tienen Pasta consiguen lo que quieren. ¿Todas? ¡No! La única que no lo ha conseguido es la Baronesa Thyssen, pero sólo porque por asesinar a Blanca Cuesta le podrían caer quince años y, aunque no dudo de las virtudes de Tita para reconvertir una celda del Centro Penitenciario de Brieva en "Más Mañanas 2", no creo que le hiciera mucha gracia que tuvieran que pasarle la crema de La Mer dentro de una barra de pan. En cambio la duquesa sí que lo ha conseguido todo, incluso convertir en toyboy a un señor de 61 años.

También ha conseguido transformar una boda ¡¡¿¿íntima??!! en el fenómeno mediático de la temporada. Y ser Trending Topic, que era el único título que le faltaba: "Se confirma que Sara Montiel será la niña que lleve los anillos", "El Rey ha renunciado gustosamente al derecho de pernada", "Más de 1.000 pediatras se han ofrecido gratis a tratar a la descendencia", "Fíjate si está mal la cosa que hasta la Duquesa de Alba se ha tenido que casar con un funcionario para tener un sueldo fijo todos los meses"... en Twitter, donde no se respetan ni las canas, ni los títulos, ni ná de ná, el tema ha dado más juego que si Fernando Morán hubiera nacido en Lepe.

Pero lo más grande es que esta mujer, que no es partidaria ni del divorcio ni del aborto (como Aznar) se haya transformado en un símbolo de la modernidad para muchos: es el efecto inmediato que provoca llevar pelucón y pulseras hippies (también como Aznar), que uno parece moderno y cercano sin serlo. Porque Cayetana no es Duquesa del Pueblo, sino del Público, que parece igual pero no es lo mismo (he leído la frase por ahí aunque no recuerdo dónde, lo lamento porque es absolutamente certera). Lo dice la mismísima Duquesa subtitulada: "Si se olvidan de ti no eres nadie". Y para que no se olviden de ella no me extrañaría que, siguiendo con la moda impuesta por los brangelinos, los duquesinos volvieran de la luna de miel en Tailandia con 7 criaturas adoptadas, ante el horror de sus hijos y herederos. Compasión, Duquesa, que la pobre Eugenia está malica (a la vejez, varicela) y me la van a rematar. Y Jacobo no vuelve de París. Y Cayetano se tira debajo de un caballo. Y Fernando... (uy, que son muchos hijos; en fin, ya saben a qué me refiero). Total, tanto lío para enviudar por tercera vez. Que ésta es capaz de todo.

Así que Todas Las Que No Tenemos Pasta tendremos que recurrir a otras cosas para poder conseguir lo que queremos y no morir en el intento como, por ejemplo, inspirarnos en el discurso que pronunció Steve Jobs en Stanford (se me han saltado las lágrimas leyéndolo, a mí, que me descojono de Paulo Coelho, de El Secreto y de toda la patulea, pero que soy macintera hasta lo más profundo de mi viejo PorwerBook). Pero curiosamente la Duquesa ha rubricado uno de los lemas de Jobs: "Vuestro tiempo tiene límite, así que no lo perdáis viviendo la vida de otra persona". Y otro: "Encontrad lo que amáis". Yo he encontrado este blog, la duquesa a Alfonso Díez. No sé quién es más cutre de las dos, así que what difference does it make?, que cantaba mi Morrissey de mis entretelas. Pues unos 3.200 millones de euros. Así, a ojo.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Operación Vaqueros

Publicado el 28 de agosto en LA VERDAD


El verano es ese corto espacio de tiempo que transcurre entre dos operaciones: la Operación Bikini y la Operación Vaqueros. Si al principio de las vacaciones hay que superar el dolor inicial de la autocontemplación en traje de baño, el final del verano es el momento de pasar del pantaloncico suelto al vaquero, paso más complicado que la transición a la democracia en los países árabes. De hecho, a estas horas es más posible que hayan capturado a Gadafi que yo entre en los Levi’s.

Por eso se pone en marcha la Operación Vaqueros que, aunque tenga nombre de maniobra estadounidense para capturar a sátrapas musulmanes, es el intento desesperado por entrar en unos pantalones sin goma en la cintura al final de verano. Pero antes de iniciarla tenga en cuenta un dato revelador: si su abuela le ha dicho últimamente “¡Estás más repuesta!” mientras le da palicos en la parte superior del brazo, tiemble. Sí, su abuela es la médium de Poltergeist, le está avisando del desastre. La redondez del brazo es el signo fatal de que el resto del cuerpo también está redondo, en mi caso especialmente, ya que después de beberme todas las estrellas (no es una imagen poética, no, es que me las he bebido de verdad: Estrella de Levante, Estrella de Galicia, Estrella Damm…) lo que se expande no es el universo, sino mi barriga. Preveo un segundo Big-Bang que no lo podrá evitar ni Carmen Machi con un camión cisterna lleno de Activia. Avisados quedan.

Y, para colmo de males, tengo que dejar este apartamento tan bonico que me ha alquilado La Verdad los domingos de verano, con vistas a la actualidad, en primera línea y con esos vecinos tan estupendos que he tenido. Así que, ciao. Ha sido un placer. Nos vemos en Naturhouse. ¡Oh, no, que allí está José Campos…todo el verano huyendo de él y, al final, me lo voy a encontrar! Pues me voy a la Buchinger, que por lo menos allí va Vargas Llosa. Y yo ya soy escritora ;)

Yateando

Publicado el 21 de agosto en LA VERDAD


Entre usted y yo: lo mejor es no leer revistas en verano. Está uno con el tupper en la playa, atiborrándose de magra con tomate, cuando al abrir las revistas le saltan a los ojos una profusión de fotos de cuerpazos al sol en chiringuitos en los que no nos dejarían entrar ni con una orden judicial, o una profusión de fotos de cuerpazos al sol en yates a los que tampoco nos dejarían subir. No, no digo un barquico para ir a la Perdiguera a comer sardinas (cuando comer sardinas no era delito ecológico), sino uno de verdad, con fornida tripulación uniformada y un coste de mantenimiento cercano a nuestra deuda externa. Si debajo de las uñas de los pies de Marujita Díaz pueden vivir David el Gnomo y toda su familia, en un yate de los buenos cabe un polígono industrial.

Como el tamaño sí que importa, cuando uno tiene un barco de más de 40 metros de eslora puede ponerle el nombre que le salga del palo mayor. Si le apetece un rollo camionero colóquele Mi Pepi y mis tres soles y, si no, siga con esa moda ochentera de combinaciones de nombres, como el Núfer, de Fernando Fernández Tapias, mezcla entre Nuria y Fernando, o el Pachá, formado por las iniciales de Pierre, Andrea y Carlota, los pequeños Carolinos. Veo que el mayor, Andrea, se ha rapado al cero este verano; los Carolinos siempre han tenido esa tendencia al rapado, la matriarca se afeitó la cabeza hace 15 años en unas vacaciones y el tito Alberto lo lleva de serie. Aunque no creo que veamos este año a Alberto a bordo de ningún yate, porque con lo buena nadadora que es Charlene y las ganas que tiene de largarse, al menor descuido se tira por la borda y llega nadando a Sudáfrica. No, si ahora que lo pienso viendo la cara de tristeza de Charlene ¿será posible que los yates no den la felicidad? Ay, qué tonterías se me ocurren. Debe ser la magra, que me ha sentado mal.

jueves, 18 de agosto de 2011

Crónicas pasiegas

Publicado el 14 de agosto en LA VERDAD

Con los ojos llenos de verde y la barriga llena de anchoas. Así escribo esta crónica cántabra, observada por las vacas vecinas y con una rebequica puesta (¡rebequica en agosto! ¡qué a gusto!).

Antes de llegar al Valle del Pas, parada y fonda en Lerma, con lección de geografía incluida: “Esto pertenece a Castila La Vieja”, le digo a mi hijo. Y ahí es donde descubro que la que está vieja de verdad es servidora. Lerma es un pueblo peculiar, llenetico de conventos. Yo, propensa al silencio y a los pastelitos de yema, busco una comunidad donde ingresar que sea apropiada para mi carácter, pero no la encuentro. Pienso en fundar la Orden de las Hermanas Calamardas, aunque cuando llego a Santander, la Covadonga del pijerío español, y veo los bikinis de Missoni me paso el voto de pobreza por la peineta. Y miren que Santander es pía, de hecho está consagrada a San Slam y San Burberry, dos santos extranjeros de gran predicamento entre los paisanos, porque van todos con la ropa talar por la calle (alguno hay también de Nuestros Hermanos del Barbour). Y no, no me topé allí con José Campos, ni con Busta en San Vicente de la Barquera, aunque estuve todo el tiempo alerta, porque no te das cuenta y ¡zas!, aparece a tu lado cantándote eso de “Cantabriaaaaaaaaaaaaaa” mientras te comes una cigala y te metes una pata en el ojo (con lo que cuesta, oiga, que aquí no está “Mariscos Recio, el mar al mejor precio”). No hay que bajar nunca la guardia, ni siquiera en vacaciones.

Cantabria infinita, dice la publicidad. Y monísima, que dice Caritina Goyanes, ya saben. Parece que todos los verdes del pantonero hubieran caído sobre el valle. En Cantabria te entra el síndrome de Heidi y te dan ganas de revolcarte por el prado todo el rato. Sólo hay que sortear a las vacas. Por cierto, esa de ahí me suena: ¿no es la que salía en el anuncio de Milka? ¡Clic! Hala, pues ya tengo una foto de una famosa.

Las primas de riesgo

Publicado el 7 de agosto en LA VERDAD

Desayuno de vacaciones a mitad de semana. Oigo entre bostezos y Special K que Zapatero retrasa las suyas por la prima de riesgo. “¿Qué pasa?”, le pregunto a mi marido. “¿Que va a ir una parienta suya a cascar al Sálvame?”. Porque yo las únicas primas de riesgo que conozco son las que les cuentan a tus amigos en una fiesta que llevabas sayas hasta los 12 años, o las que aparecen diciendo que te liaste con un casado, como la prima de la Campanario. O la prima de Sonia Monroy, que te pega un guantazo que te deja turulata si te metes con las canas de la susodicha. Pero esto pasa en las mejores familias, no se crean: miren a los de Inglaterra, duchos en primas de riesgo desde los tiempos de María Estuardo, por lo que no les extraña nada ni lo de la prima stripper de Kate Middleton ni lo de Zara Phillips, prima de Guillermo de Inglaterra, que intentó vender la exclusiva de su boda al ¡HELLO! hasta que la reina Isabel la amenazó con darle un bolsazo (aunque personalmente creo que el verdadero riesgo de Zara Phillips reside en que te arree un mordisco con esa boca de caballo que tiene. Y viendo esas bocas Windsor y ese amor por los caballos que profesan en la familia empiezo a pensar en extrañas ramificaciones de su árbol genealógico, que ya saben que los ingleses son muy raros para sus cosas).

Insisto: “Pero ¿qué va a contar la prima de Zapatero? ¿Que de pequeño tenía un póster de Farrah Fawcett en la habitación en lugar de una foto de la Pasionaria?”. Mi marido, el pobre, con una paciencia infinita, me lo explica. “Ah, vale. Entonces Kiko Rivera es una prima de riego, porque le pagaron un pastón y luego va y les deja colgados con el ataque de gota”. Se va a la cocina, desesperado. Eso me pasa por levantarme y poner las noticias en lugar de Canal Cocina. A ver si la Esteban me lo aclara, que ella sí que habla el lenguaje del pueblo.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Haz las maletas

Publicado el 31 de Julio en LA VERDAD

Como todos necesitamos un poco de norte para no perder el sur, me pillan ustedes preparando las maletas para ir a Cantabria. ¿Recuerdan cuando uno viajaba con un trolley en la mano y un cigarrillo en la boca? Qué grande era ser joven y qué poco espacio ocupaba. Ahora parece que un maletón de Samsonite tenga la misma capacidad que un bolso de noche, ya que tienen que caber todos los “por si”: la rebequica “por si refresca”, los modelos “por si salgo” (cosa que nunca sucede), el paraguas “por si llueve” (cosa que siempre sucede), las chanclas y las toallas “por si hace bueno”, el Dalsy ibuprofeno (se me olvidaba lo de los genéricos, perdón) “por si el crío se pone malo”… Y luego, cierra la maleta: la última vez tuve que llamar a Falete para que se echara sobre ella. Y después, ábrela si es que recuerdas la combinación, porque si no te toca hacer más cálculos que Russell Crowe en Una mente maravillosa.

Y así, transportando maletones para los que necesitaríamos dos sherpas, nos encontramos el año pasado en León a Carmen Lomana de cuerpo presente, que diría Kiko Hernández. Con la mala suerte que tengo este verano me toparé con José Campos en guayabera por el Sardinero. A Carmen Martínez Bordiú seguro que no la veo, porque estará en algún viaje patrocinado persiguiendo gorilas. Ni a Bustamante, que ahora que ha adelgazado ya le dejan entrar en Ibiza (en Ibiza cuando te bajas del avión te miden la masa corporal, como en Cibeles, pero al revés: si tu índice supera el 18%, te deportan). ¿Cómo habrá entrado Joan Laporta, ahora que lo pienso? Pero seguro que todos ellos tienen un valet de chambre que les hace las maletas, que para eso los puso Dios en la tierra, para eso y para planchar los periódicos: mi marido, después de ver Downton Abbey, quería que le planchara La Verdad antes de leerla. Como intente llevarme a la caza del zorro, le pongo las maletas en la puerta. Aunque se las tenga que hacer yo.

jueves, 28 de julio de 2011

La foto

Publicado el 24 de Julio en LA VERDAD


99 fotos en ¡HOLA! recogen la boda de Carla Goyanes. Pero entre las sonrisas blanqueadas, los clutchs y el color block hay una foto que destaca por encima de todas porque su pie lo podría haber escrito Roberto Bolaño, titulándola “Las cirugías salvajes”. Si como decía Agrado en Todo sobre mi madre, “una es más auténtica cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí misma", algunas de las asistentes a la boda de Carla Goyanes han soñado con ser trolls. Si no, no se explica.

La foto tiene un gran interés antropológico, ya que muestra la primera generación de abuelas que han pasado por el cirujano plástico. Es la diferencia entra las abuelas con y sin posibles: las abuelas con posibles se operan de todo, mientras que el resto sólo se opera de vesícula. Las abuelas con posibles les dejan a sus nietas los collares de perlas de tres vueltas, los Balenciaga y el teléfono de sus cirujanos; las demás nos legan una foto de su boda vestidas de negro. A las abuelas con posibles les brilla la cara por las cremas de La Mer, a las otras les huele la piel a Maderas de Oriente. Las abuelas con posibles están condenadas a vivir en el no-gesto perpetuo por soñar lo que no debían.

En las 98 fotos restantes de esta boda monísima (“Monísima” es a los Goyanes lo que “Fenomenal” a Lydia Lozano) comprobamos cómo la cirugía ha mejorado notablemente en la segunda generación, ya que las madres con posibles están mejor retoqueteadas (ya nadie se opera, sólo se hacen retoquitos) que las abuelas con posibles, lo que hace que aumente el contraste con sus maridos no retoqueteados, que acaban pareciendo sus padres. En fin, un lío generacional debido a que el retoque parece ser el dress code de esta celebración. Claro, con razón a ustedes ya mí no nos invitaron a esta boda, porque ¿dónde se ha visto que las señoras de nuestra edad frunzamos el ceño? En el ¡HOLA! no, desde luego.

lunes, 25 de julio de 2011

Survival

Publicado el 17 de julio en LA VERDAD

Las rayas marineras, las saharianas, los shorts… todos los veranos tenemos el mismo “revival”. Pero lo de este año ya no es un “revival”, es un “survival”, porque además ha supuesto el regreso de los cigarrillos de liar, los tupperwares en las playas y los puestos de fruta ambulantes. Sólo nos falta el café de recuelo para oír a Sofía Petrillo diciendo “Imaginaos…Sicilia, 1920”. Volver al pasado para sobrevivir al presente. Una nueva posguerra animada por la gran Rafaella Carrá, survivor por antonomasia, con el Explota mi corazón (pero como el modelno de Bob Sinclar se ha cargado el estribillo, cuando lo vas a cantar lo que te explota es la X en la boca, y te quedas cortadica del todo).

Supervivientes como Carolina de Mónaco, que no se pudo comprar unos tacones para ir a la boda civil de su hermano, o Inés de la Fressange, quintaesencia del chic parisino, que se puso una pamela de las que regala Amstel en Carthagineses y Romanos. El mismísimo Alberto de Mónaco debe de ahorrar bastante en preservativos, porque le han salido dos hijos más. Y la pobre Charlene, que tendrá que sobrevivir a 5 años de matrimonio. Tan triste está que hasta yo, que hubiera sido capaz de casarme con Lucas Grijander con tal de ser reina de Chiquitistán, he empezado a pensar que no merece la pena soportar ese infierno monegasco por ir al Baile de la Rosa.

Mientras tanto, Tele 5 intenta convencernos de que los auténticos supervivientes no somos los que salimos todos los días a la calle con 37º a la sombra para buscarnos la vida, sino los que están en la isla del Doctor Moreau, ahora transmutado en Jorge Javier Vázquez. Ah, ¿pero que usted no se ha enterado de lo que ha pasado con Aída? Qué suerte tiene; siga así y sobrevivirá a este verano. En cambio, servidora la espichará cualquier jueves de estos en una gala, porque lo mío es como la fábula de la rana y el escorpión. Qué quieren, es mi carácter.

viernes, 24 de junio de 2011

La boda fantasma

Ustedes sabrán que Luis Rollán se ha casado con un señor llamado Alejo. Ah, ¿que han leído el ¡HOLA!? Entonces lo que sabrán es que Pantoja se ha ido de boda. ¿De quién? Ni idea, porque tras 8 páginas y 20 fotos, el resultado es Luis Rollán: 2 – Pantoja: 9. ¿Y el otro novio? Pues Alejo, El Hombre Que Nunca Estuvo Allí, aparece en una sola foto (de grupo, por supuesto, que así se nota menos). Ni una imagen de los recién casados mirándose tiernamente, ni de la ceremonia, ni una frase tipo “Luis Rollán y su flamante marido” (de la palabra “matrimonio” ni hablamos). Sólo he encontrado una foto de los novios solitos y juntos en la edición digital, porque en la impresa nada. Nasti de plasti.

Me imagino que estoy equivocada y que prácticamente no se hace referencia a la boda entre Luis y Alejo porque lo que interesa es la vuelta de Pantoja a la vida social, ahora que ha sido remasterizada por DJ Kiko, y que, además, una boda entre dos hombres no vende tanto porque no hay vestido de Rosa Clará que llevarse a la boca. Pero la Pantoja estaba en una boda, no en una reunión de Tupperware. Y en todas las bodas hay dos novios. En todas menos en ésta.

En ¡HOLA! son los reyes del eufemismo: "liados” equivale a "felices y enamorados, "madre soltera" a "afronta en solitario su maternidad" y "separados" a "ponen fin a su historia de amor". Y, por supuesto, las relaciones homosexuales han sido siempre “una entrañable amistad”. Pero como todavía no han encontrado la forma de contar que se han casado dos tíos sin que a buena parte de sus lectores les de una apoplejía, pues directamente obvian el tema todo lo posible. Y chimpún. Por lo visto a ¡HOLA! le ocurre lo mismo que a Luis Navarro-Valls, que afirma que “la sociedad está cansada de matrimonios extraños”. Y lleva razón: yo también encuentro raro el matrimonio entre Alberto de Mónaco y Charlene Wittstock. Y mi hijo ni les cuento, porque viendo la boda de Alaska & Mario me preguntaba si Alaska estaba ya embarazada (el pobre se cree que te casas y, automáticamente, te quedas preñada). Apunta maneras como tertuliano de Intereconomía.

Total, que encima se monta el pollo con el tema de la exclusiva (esto ya no lo cuento, los interesados pueden seguir la mini-serie en Tele 5): Rollán tan contento porque era un honor protagonizar la primera boda gay que sale en ¡HOLA! para que luego ¡HOLA! le aplique el doblaje de Mogambo. Entre unas cosas y otras, al pobre muchacho le están amargando la luna de miel en Cerdeña: no quiero ni pensar qué grado de moreno va a traer; cuando vuelva, además de gay, va a parecer una boda interracial. Y por ahí sí que el ¡HOLA! no pasa.

viernes, 17 de junio de 2011

El Pantojazo

Aún tengo en la retina el pantojazo de ayer. Y eso que Paz Padilla lo había sugerido por la tarde en Sálvame (soy incapaz de reproducir fonéticamente a Padilla cuando se pone seria, pero lo anunció), aunque yo, mujer de poca fe, no era capaz de creer que Pantoja iba a asomar el morro, los brillos y las patillas por Tele 5. Y lo hizo. Y se produjo la auténtica conjunción planetaria de la que hablaba Pajín que, como todo buen profeta, se equivocó de fecha y de personajes. Y llegó el Armageddon, el Apocalipsis, el mineralismo arrabaliano y la final del mundo.

Los tertulianos de Sálvame ya llevaban tiempo planeando este encuentro intergaláctico; como sabían que era posible que se produjera allanaron el camino mandándoles mensajes: tanto la carta de Mila en su blog alabando a Kiko en Supervivientes como el arrepentimiento público de J. J. por haberla masacrado en el Tomate fueron ondas lanzadas al espacio exterior para que el planeta Pantoja supiera que Tele 5 estaba preparada para un encuentro en la tercera fase. Y Pantoja emitió la primera señal de vida inteligente llamando a su hijo para darle ánimos. A partir de ahí, los radares de Fuencarral se volvieron locos.

Y, reconozcámoslo: como madre del género (de madres va la cosa, sí) Tele 5 es la cadena que mejor lo hace. Pantoja sale de casa y se mete en la limusina, J. J. va contando los minutos que faltan para que llegue, imágenes desde el interior del coche con suspiros incluidos, llegada al plató y entrevista en un aparte con J. J. (¡acabaron cogidicos de la mano!) mientras sobre la mesa reposaba el ramo de rosas rojas que Vasile le había enviado con una nota que decía "Por fin", entrada apoteósica de El Artista Antes Conocido Como Paquirrín, se abre el pantallón y aparece Ella, abrazo con el maquillaje de Juan Pedro esturreado por la camisa de Kiko incluido. Apoteosis.

Kiko ha subido a su madre a los altares: si ya lo hizo inconscientemente cuando lo sacó a cantar en su primer concierto tras la muerte de Paquirri, ahora lo ha vuelto a hacer. Le ha proporcionado a Isa P. el mayor y mejor lavado de imagen que se recuerda. Y todos lo han hecho de maravilla: Pantoja Madre Por Encima De Todo ("Te quiero, te quiero", "Soy Isabel Pantoja, pero hoy vengo aquí como madre"), artista (le cantó a Jorge Javier una de sus canciones favoritas), estrella y dueña del cotarro (antes de cantar pidió un foco blanco que la iluminara a ella sola), picaruela (comentarios acerca de lo bien dotado que estaba Kiko -¡¡¿¿??!!- y frase a dúo "no serás mujer completa hasta que un negro te la meta" -¡¡¡¡¿¿¿¿????!!!!- ), emocionada (se tapaba la cara en un gesto de niña zangolotina), viuda de España (recuerdo con lágrima a Paquirri)... todo un despliegue de gestos, muecas y coqueterías pantojiles que abdujeron a media España. Un 27% de audiencia (les dejo el momentazo). Vasile tiene que haber sacrificado un cordero para dar gracias. Mientras, TT mundial en Twitter con comentarios tipo "Pantoja no se va Supervivientes porque le crece la barba". Grandioso.

Y ahora, a aguantar el post-pantojazo. Yo, por mi parte, que ya tengo unos años (estoy mona pero mayor, ya saben), no pensé que fuera a vivir este momento. A partir de ahora, vuelvo a creer en Dios. O en Vasile, que viene a ser lo mismo.

jueves, 16 de junio de 2011

Tritón Man y el Chico Percebe

X-Men: Primera Generación es la mejor excusa para saltarse la dieta en plena operación bikini: palomitas y Coca-Cola para conocer las respuestas a las principales cuestiones que plantea la saga (cómo surge y porqué acaba la amistad entre Magneto y Charles Xavier, la formación de los X-Men, el nacimiento de la escuela de mutantes...), y todo ello enmarcado dentro de la crisis de los misiles de Cuba a principios de los 60, algo que proporciona a la película un regusto vintage muy de agradecer. En esta precuela de X-Men January Jones tiene tetas (en Mad Men, con su look Grace Kelly deprimida, va siempre muy recatada), Jennifer Lawrence tiene muslamen y Michael Fassbender... ay, Fassbender tiene de tó. Que tiemblen Crowe, Cloony, Craig y demás machos del star-system, porque Fassbender ha llegado para quedarse.

La cuestión mutante es un tema que merece ensayo y reflexión: la aceptación de la diferencia en uno mismo, el rechazo de esa diferencia por parte de los demás, la convivencia entre mutantes y no mutantes... Y no, no crean que estas cuestiones les son ajenas, porque en el mundo real estamos rodeados de mutantes (plásticos, que no genéticos): ¿o me dirán que lo de Kalina de Bulgaria es normal? Por eso yo veo protagonizando X-Men: Generación Final, con la escuela del profesor Xavier reconvertida en geriátrico y junto a Triton Man y el Chico Percebe, a Ana Obregón con su look total Wonder Woman y a Tita Thyssen como La Mujer Elástica (¿hasta dónde podrá estirar su piel sin romperla?), y a Latoya Jackson y Lara Dibildos haciendo un cameo. La escuela la dirigiría Mickey Rourke, y Sylvester Stallone y Arturo Fernández interpretarían a los jefes de estudios. Una fantástica coproducción dirigida por el mismísimo Dr. Zelicovich. Ehh... vaya, lo siento: intento hacer una crítica de una película y se me va la tecla. Volvamos al tema.

A destacar:
- la mini-aparición divertidísima y celebradísima (especialmente por servidora) de Hugh Jackman;
- Álex González, ex de Chenoa y actual novio de Mo, que no abre la boca en toda la peli (si la abriera sería para cantar "pavo real, uuuuhhh, pavo real, uuuuhhh" cada vez que lanza un tornado, porque lleva un pelo que parece el mismísimo Puma recién teñido)
- las escenas de localización de otros mutantes y de la instrucción en la escuela
- Zoe Kravitz, hija de Lenny Kravitz y de la guapísima Lisa Bonet (¿la recuerdan como la hija mayor en "La hora de Bill Cosby"?), que esperemos que tenga mejor suerte en su carrera que su madre, cuya última aparición destacable que yo recuerde fue en High Fidelity;
- que afortunadamente Matthew Vaughn, director de la peli, no le haya dado un papelico a su mujer Claudia Schiffer (aunque mejor le habría ido si se lo hubiera dado, porque circula el rumor de que January Jones está embarazada y él es el padre...). ¡Oh, no, ya me ha vuelto a pasar!

Pues ahora ya remato, porque no sé cómo pero acabaré uniendo el tema con la mutación genética de Tony Genil, el Increíble Hombre Menguante, que desde que se fue a la isla está ya de un chuchurrío que pa qué.

jueves, 2 de junio de 2011

Las aventuras de Mario

A star is born. Mario Vaquerizo, por obra y gracia del reality Alaska y Mario se ha convertido en Marito, eclipsando a Alaska, a Paquirrín en la Buchinger y a todo bicho viviente. Porque Mario y Alaska (Marito y Olvi desde ya) protagonizan la mejor serie de humor de la temporada gracias a El Terrat y a la MTV: los tíos son tan listos que, en lugar de escuchar las propuestas de las televisiones generalistas, donde se convertirían en carne para la picadora en dos minutos, apostaron por el canal madre y padre de todos los realities. Y nos traen una versión de Epi y Blas pasados por la túrmix del modelneo donde al fin, y como en todo buen serial que se precie, hay boda.

Y Marito es la estrella... de Levante: se toma una cerveza y se va a teñirse las canas, se toma una cerveza y se va a sus reuniones surrealistas con el cirujano ("¿de dónde te voy a sacar grasa?" le pregunta el doctor), se toma una cerveza y se va al gimnasio, se toma una cerveza y se va a pinchar (también se las toma mientras pincha)... Marito bebe más que Don Draper en un mal día.

Pero lo mejor de lo mejor es la cantidad de comentarios descacharrantes por minuto que suelta esa boca: "Olvi, que es bromi", "Entre ser ordinaria y lo siguiente hay un paso, y ése es Mariah Carey", "Está cayendo un tormentón en Aranjuez que van salir las fresas como chochos esquizofrénicos", "Yo no entiendo a Dios, cómo puedo crear estas cosas, de verdad" dice refiriéndose a una lombriz. Y su nivel de inglés merece comentario aparte: "¿Cómo se dice reloj en inglés?" "¿Reloj? Swatch". "What is your name?" le pregunta a un niño de 5 años. "My name is Paul". "Noooo, tú no te llamas Paul, te llamas Pablo". El niño cuenta en inglés: "One, two, three... fourteen". "¡Anda, si sabe contar hasta quince!" Y Olvi levanta su ceja (bueno, intuimos que lo hace, porque no tiene cejas) y lo mira, unas veces con ternura, otras con ganas de asesinarle. Y todos nos derretimos con Marito, porque Marito es la mamarracha más simpática del mundo, que cae de maravilla a las madres y a la charcutera de El Corte Inglés ("Póngame jamón york. Pero del mejor"). A Marito te lo puedes llevar hasta a un encuentro de los jóvenes con el Papa, porque acabará versionando Juntos como hermanos y hablando de Prada con Benedicto XVI. Marito es Bambi con camiseta de Los Ramones, aunque intente poner cara de malote para marcar pómulo en las fotos. El secreto de Marito es que no pretende parecer culto ni divino (tomar sidra El Gaitero en vez de Taittinger ayuda mucho); de hecho la unica pretensión de Marito es estar más delgado sin dejarse las cervezas y las cortezas de cerdo. Y ese sueño lo tenemos todos.

La serie es un no parar de secundarios de lujo (los padres y la hermana de Mario, la madre de Alaska -"Pablito, la madre de Alaska se llama América, como el país"-, Nancy Travesti) y de special guest stars: Carmen Lomana ("Voy a tomarme unas vacaciones que se me está poniendo una cara de proletaria..."), David Delfín, Amenábar (al que invitan a una burguer-party) o el gran Fabio McNamara ("Cada maricón es un mundo"). Sólo faltan Charo Baeza y Juan Gabriel y ya estamos todos.

El centro de operaciones de Olvi y Marito es su casa, fotografiada para ¡HOLA! hace ya unos años y que debe de haberle provocado a Joaquín Torres una apoplejía debido a un shock cromático: en su casa conviven el maravilloso cuadro del Sha de Persia y Farah Diba de los Costus y las pinturas de Fabio McNamara con una vitrina que más quisiera para sí la tita Asunción. Es lo mismo que les hace colaborar con Federico Jiménez Losantos: su coherencia es la incoherencia total.

Y después de ver su casa, entendemos perfectamente que los Salones Imperio fuera uno de los lugares barajados para celebrar la boda: pueden visitar su web (otros que, al igual que la Asociación de Cerveceros de España, no van a tener dinero en el mundo para pagarles la publicidad) pero las fotos no les hacen justicia. A Alaska le chiflan "sus columnas de trampantojo de mármol azul, su techo rosa, sus lámparas de cristal… y su fuente de burbujas de agua rosa". Auténtico estilo salón de té puesto por futbolista retirado a finales de los 80. Y Mario le dice al dueño "oiga, señor, cuando venga algún moderno y quiera cambiarle la decoración, usted diga que no, que esto es precioso". Yo, que soy tan influenciable, estoy por casarme de nuevo allí, eso sí, con traje de novia de Antonio Ardón y peinado de Rupert, para estar a juego.

Marito tiene ya más fans que Chita en el Planeta de los Simios. Definitivamente, quiero un Canal 24 h. de Alaska y Mario. O que den las uvas, en su defecto. Porque, definitivamente, a star is born. Bueno, lo pongo en español por si lo lee Mario: ha nacido una estrella.

martes, 24 de mayo de 2011

De Comuniones y otros sacramentos

Mi suegra, además de ser una señora estupenda, de enseñarme a hacer caldo gallego, cuidar de mi hijo y compartir lecturas de Henning Mankell, también es mi guía espiritual. Cuando en mi oscura noche del alma valoraba la posibilidad de casarme por lo civil, me hice la siguiente reflexión: ¿tengo cojones de decírselo a mi suegra? La respuesta fue NO, por lo que me casé por la Iglesia, de blanco y de Jesús del Pozo.

Mi suegra ha sido el báculo que ha mantenido mi fe a lo largo de los años, y lo digo en sentido literal: si no llego a bautizar mi hijo me hubiera dado con el báculo en la cabeza, por lo que ahora, que llega el momento de decidir sobre la Comunión, huelga decir que aún no he reunido los arrestos suficientes para plantarle cara a una gallega (¡y de El Ferrol!). Y miren, ya puestos prefiero que mi guía espiritual sea la madre de mi marido a que lo sea Paulo Coelho, Jiménez Losantos o la Sagrada Orden de los Caballeros Jedi.

Así que, tras decidir libremente que el niño va a comulgar, me enfrento a otra serie de cuestiones de gran altura teológica para las que espero haber encontrado respuesta:

- La Catequesis: ¿Cómo conseguir que un niño acuda durante dos años a unas charlas más intensas que el coloquio de La Clave? Pues volviendo al latín para convencer a los críos de que están haciendo el curso de acceso a la escuela de Harry Potter (sinceramente, es más fácil que crean que si dicen lacarnum inflamarae van a salir llamas de una varita que entender el hecho de que Dios sea Uno y Trino).

- Lista de Comunión: Sí, ahora ustedes también lo ven mal, pero no se me ocurre qué hacer cuando le regalen a mi hijo seis Biblias de tapa nacarada (muy útiles si eres dueño de un motel en EEUU) o cuatro juegos de desayuno decorados con los niños de Ferrándiz, aunque al paso que vamos es posible que saquen uno de Bob Esponja comulgando con una Burguer Cangre Burguer.

- El traje: ¿Tiene usted una hija? Pues prepárese. Si la ha educado como Dios manda, le pedirá un traje de Devota y Lomba (que los hay, ya lo creo que los hay) y le dejará la tarjeta de El Corte Inglés temblando; si la ha educado como ha podido, le pedirá una versión del traje disco-dance de las Bratz, con su top y su minifalda (en blanco, eso sí), y comulgará convertida en una extraña mini-choni virginal. Si tiene un hijo, es aún peor, porque tendrá que elegir entre tres opciones incompatibles con la dignidad infantil:

- con corbata y blazer, tal cual el hijo pequeño de Norma Duval cuando nos felicitaba las Navidades en familia desde el ¡HOLA!

- de fraile (imprescindible completar el look con un estilismo capilar a lo Marcelino, pan y vino)

- de almirante: en caso de elegir esta última opción, ruego de todo corazón que degrade a su hijo y lo vista de marinero

- Las fotos de los recordatorios: ¿Su hijo ha ganado un Oscar? ¿No? ¿Entonces por qué piensa que puede expresar en su rostro toda la emoción que siente su alma al recibir el cuerpo de Cristo por primera vez? Lo más probable es que salga con una cara más ida que el Artista Antes Conocido Como Paquirrín volviendo de un after. Así que olvídese de reclinatorios, columpios, flores de plástico y demás excesos kitsch (a no ser que pueda contratar a David LaChapelle o quiera regalarle a Alaska y Mario una foto para su salón) y hágale la foto lo más natural posible. Y no, por mucho que el crío sea del Real Madrid, no consienta en fotografiarlo vestido con la equipación y una Biblia en las manos o parecerá Kaká.

- El convite: ¿Lleva ya 60 invitados y no sabe como parar esto? Mi consejo: si quieren que la celebración sea lo más íntima posible, que el niño haga la Comunión a las cinco de la mañana. Oigan, no pasa nada: Campanario y Jesulín bautizaron a su hija a las once y media de la noche para salvaguardar la exclusiva, y Lola Flores y el Pescaílla se casaron a las seis de la mañana "para evitar problemas". Siempre hay que aprender de los maestros.

Resueltas las cuestiones de orden práctico, sigo maldiciendo que mi falta de carácter me impida plantarle cara a mi suegra. ¿Y su marido?, se preguntarán ustedes, ¿no dice nada? ¿Mi marido? Le confesó a su madre que fumaba ¡a los 35 años!