martes, 20 de diciembre de 2011

Salir del armario

PUBLICADO EL 22 DE NOVIEMBRE EN LA VERDAD

“¡Qué decepción!”, me wassapeó mi amigo M. “¡No enseña nada!”. Esperaba la reacción de M., un hombre con tal personalidad que lleva años diciendo que le pone Terelu, porque si Terelu tiene valor para salir en el Interviú sabiendo lo que le espera, más valor hay que tener para admitir que te gusta, aunque parece que desde la publicación de las fotos hay cada vez más tíos que reconocen que está buenorra: no estás solo, M. Otra valiente: mi amiga C. confiesa que cada vez que ve a Georgie Dann le entran ganas de hacerle el Bimbó; a mí, en cambio, me dan ganas de hacerme el harakiri. La libido es una cosa extraña: uno tiene a su disposición a los hombres y a las mujeres más atractivos del mundo para fantasear y elige a Terelu o a Georgie Dann. Hasta Bárbara Rey, que dijo que le habían tirado los tejos algunas de las mujeres más guapas de este país, tuvo su primera y última noche heteroflexible con Chelo García Cortés. Estoy esperando que en cualquier momento alguien suelte en una cena que le gusta el feo de los Hermanos Calatrava (¡como si el otro fuera guapo!). Debe ser que, a partir de los cuarenta años y dos gin-tonics, uno reúne arrestos para salir del armario y confesar sus gustos más ocultos aunque, en algunos casos, se roce la parafilia.

En cambio otros, en vez de salir, entran en el armario: asustadas tras la presión social, las empresas retiran la publicidad de La Noria (a ver quién es la primera que sale y se vuelve a anunciar en el programa) y al pobre Jordi González casi lo tienen que sondar porque no hay intermedios. Si seguimos así, dentro de poco el público que acuda a los programas de Tele 5 aparecerá pixelado para que nadie lo reconozca, y en la carnicería sólo se hablará de Redes, no sea que si se te ocurre comentar que Antonio Tejado no le pasa la pensión a Chayo mientras pides medio kilo de ternera para guisar, te critiquen en el barrio. Que ya me lo decía mi abuela: “Tú no te señales, hija”. Y yo lo intento, pero es que mi tendencia natural me lleva más a hablar de los pelos de Punset que de la manipulación de la materia a escala atómica y molecular. Y claro, así me va: la ternera estaba dura.

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