miércoles, 7 de marzo de 2012

Amanece que no es poco

Publicado el 6 de marzo de 2012 en LA VERDAD


Mi amigo H. me contó que, durante la posguerra, quitaron los rosales de su jardín y se dedicaron a cultivar patatas. “Las rosas no se comen”, me decía. “¿Ni las de pitiminí?” “Ni las de pitiminí”. Tiempos difíciles en los que se sacrificaba todo lo que no fuera útil o productivo. Me suena. Así que, dispuesta a adaptarme a los nuevos viejos tiempos y a no verle más la cara a mi frutero, invierto una luminosa mañana de sábado en plantar verduras y hortalizas. Pero cuando me siento a echar cuentas con lápiz y papel veo que, en lugar de ahorrar, entre abonos y agua me va a salir cada tomate por un pico. Si es que no aprendo; tenía que haber plantado marihuana como en Rasquera, un pueblo de Tarragona donde el Ayuntamiento ha dado permiso para hacerlo con fines terapéuticos y lúdicos (¡y tan lúdicos!) porque, gracias a ello, van a ingresar 1.300.000 euros cada dos años. La historia es tan surrealista que deduzco que el alcalde tiene que ser el de “Amanece que no es poco” ("¡Alcalde, todos somos contingentes, pero tú eres necesario!”). Pero no, el tío es de ERC y dice que no hay que preocuparse, que es para autoconsumo. ¿Autoconsumo? Paso: después de una historia muy poco proustiana con una magdalena en Ámsterdam, nunca mais. Lo juro. En cualquier caso, lo cultivaré para venta al detal. Ah, ¿qué está prohibido? A ver, un momento: ¿Estos tíos van a sembrar 7 hectáreas y yo no puedo plantar medio metro? ¿Y además se van a sacar un dineral? ¿Y eso no es delito? Pues ya estoy otra vez hecha un lío. No me arriesgo: la marihuana que la plante Melendi. Yo sigo con los tomates, los guisantes, los calabacines, las judías, las zanahorias y una cosa que se llama mastuerzo, que no sé lo que es ni quiero saberlo: prefiero esperar a que crezca y me de una sorpresa, a ver si me pasa como a Pastora Vega y me sale un mozo en el bancal. Tratándose de un mastuerzo será tonto del haba, claro, pero nada indica que no se le pueda dar un aire a Hugh Jackman. ¡Uy, si parece que ya le veo un poco el pelo! Pues sí que es fértil esta tierra, sí: voy a quitar las zanahorias y a plantar monedas de 2 euros. A ver si hay suerte.

P.D.: Dedicada a Carlos Andújar, fan irredento de la peli de Cuerda. Y al gran Humberto Girón, al que seguimos echando tanto, tantísimo de menos.

1 comentario:

Hong Kong Blues dijo...

Ay, Sra. Palo, ¡qué tiempos estos!
Yo lo del "huerto urbano" o "el huerto orgánico en miniatura" lo veo muy para ricos progres con mucho tiempo libre.
En nuestro caso -de momento- mejor nos acercamos a DIA% o LIDL (o incluso la lonja) y seguimos viendo cómo crecen los capullos.
Por cierto, NADA me gusta más que los tomates murcianos y usted.
¡BESOS!

P.D. la Gene finalmente prohibió el cultivo que usted menciona.