miércoles, 4 de abril de 2012

Haciendo números

PUBLICADO EL 3 DE ABRIL DE 2012 EN LA VERDAD

Yo soy de letras y, desde que cumplí los 40, de letras cada vez más grandes porque ya no veo ni miajita, así que me hago un lío al hablar de números. Me tumban en la calculadora humana de “Saber y Ganar”, y cuando le corrijo los deberes a mi hijo cuento con los dedos por debajo de la mesa. Pero no soy la única: en Murcia tras la huelga general los sindicatos hablan del 75% de seguimiento y la delegación de Gobierno de "baja incidencia". ¿Ven?, otros que tienen que volver a los Cuadernillos Rubio, ese mundo perfecto donde 2 + 2 siempre son cuatro. Lo mismo le pasa a Ana Obregón (y eso que ella es de ciencias), que declaraba en ¡HOLA! “En­­tiendo que a las cuarentonas se nos acerquen los veinteañeros”. ¡Cuarentonas! Me parto y me troncho. Temiendo estaba que mi suegra, que el otro día cumplió 85 años, nos sobresaltara con un “Entiendo que a las octogenarias se nos acerquen los sexagenarios” y apareciera Alfonso Díez saliendo de la tarta. Pero no, mi suegra sí que entiende de números, de los necesarios para asumir la edad que tiene sin acabar como Bette Davis en “¿Qué fue de Baby Jane?” y de los muchos que tuvo que hacer para dar carrera a todos sus hijos administrando el sueldo no muy boyante de su marido. Mi suegra, que en cuanto no le cuadra un apunte en el recibo de Cajamar se tira a por el director de la oficina cartilla en mano, iba a poner a los bancos en solfa. Mi suegra, que no tiene tarjetas de crédito porque “si tuviera los cuartos bien que me los gastara, pero si no los tuviera no comprara nada”. Mi suegra, que de una pensión miserable saca para hacer regalos a sus 15 nietos. Les suena todo esto ¿verdad? Seguro que cerca de ustedes hay una potencial Premio Nobel de Economía o una Ministra de Hacienda en ciernes, la misma que les lleva un tupper con croquetas de los restos del cocido. Le he propuesto a mi santo que le demos nuestros sueldos y que ella nos vaya administrando una paga semanal, a ver si ahorramos algo, que el año que viene el crío hace la Primera Comunión y me veo celebrándola con panchitos y patatas fritas. El único miedo que tengo es que un día nos portemos mal y nos castigue sin paga. Entonces estamos apañaos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Magnífica Dña. Maruja. Más de uno y de una tendriamos que seguir sus consejos.

Rosa Palo dijo...

Le he propuesto que nos lleve los presupuestos a la pandilla y que nos cobre una iguala. Va a ser la única forma.

Ramón R. Iborra dijo...

A lo de la administración concursal de mi sueldo no sé si me apunto, pero desde luego al tupper con croquetas... DEQUESÍ !!!

Rosa Palo dijo...

Oído cocina ;)