miércoles, 9 de mayo de 2012

Asimetrías


PUBLICADO EL 8 DE MAYO DE 2012 EN LA VERDAD

Tengo las pestañas del ojo derecho más espesas que las del izquierdo, lo cual me otorga un inquietante parecido al protagonista de “La Naranja Mecánica”. También tengo el hombro derecho más bajo que el izquierdo, lo que me da un aire (aún más inquietante) a Quasimodo. Soy asimétrica. Por fuera y por dentro. Vivo con mis asimetrías como tantos otros: Alaska colabora con Jiménez Losantos, Ana Belén y Víctor Manuel ruedan anuncios para el Banco de Sabadell, la ex mujer de José Bono declara que “Dejar de tener una vida pública era necesario” (y eso lo hace desde una exclusiva en el ¡HOLA!), Pitita Ridruejo sale en “Sálvame De Luxe” hablando de las apariciones de El Escorial y, a continuación, aparece Tatiana enseñando las tetas (aunque lo verdaderamente asimétrico sería verle las tetas a Pitita y que Tatiana hablara de la Virgen) y Carmen Lomana, que no coge el metro desde que Álvarez del Manzano era alcalde, escribe “Estoy indignada con la subida del transporte público, me siento perroflauta de corazón” mientras su Rolex choca contra el teclado del ordenador.

Las asimetrías de los demás son motivo de escarnio, crítica y descojone general (dan hasta para el primer párrafo de una columna), pero en uno mismo provocan desazón. Con la lluvia fastidiándome el alisado casero y convirtiéndome en un caniche por momentos, le digo a R. que estoy confusa, perpleja; que los simétricos de derechas me dicen que soy una roja y, los de izquierdas, una pija; que en estos tiempos donde todo el mundo se posiciona y lo tiene todo tan claro yo me siento como la mulata de “Imitación a la vida”, aquel melodramón de Douglas Sirk: demasiado negra para los blancos y demasiado blanca para los negros. R, agnóstico asimétrico que viste a sus hijos de nazarenos, me contesta que, además de echarme más rímel en el ojo izquierdo, lo único que puedo hacer es intentar meter bajo el paraguas a los que quepan y resistir el temporal como el junco que se dobla pero siempre sigue en pie. Tras esa afirmación terminamos cantando por el Dúo Dinámico, claro. Pero lo que no sabía es que al finalizar la canción iba a acabar más asimétrica que al principio: me hice una contractura en la cadera derecha y ahora tengo unos andares que parezco el padre de Jesulín. Así que no juzguen muy duramente las asimetrías de hoy, que estoy escribiendo hasta arriba de Myolastán. 

P.D.: Para que luego digan que discutir no sirve de nada; a mí, al menos, me da tema para una columna. Gracias a mis simétricos y asimétricos favoritos por la conversación del sábado entre el canelón de pato y los saquitos de verduras: F., C., M. y R.

3 comentarios:

Ramón R. Iborra dijo...

Un viejo amigo decía que "gracias a Dios, no hay dos personas iguales". Piacere.

Carl Etes dijo...

Me siento más tranquilo después de leerte. Yo también era y soy asimétrico. Deberíamos fundar la ciudad de "Asimetría de Judea"

Rosa Palo dijo...

Carl Etes: fundar una ciudad, una asociaciaón o un grupo de Facebook: la asimetría da para todo eso y mucho más. Mientras no nos manden a un centro de rehabilitación...

Y R., la conversación fue un placer. Especialmente por sus comentarios elogiosos :)