COLUMNA PUBLICADO EL 8 DE JUNIO EN DETELE
Siguiendo las recomendaciones de Ricardo
Saavedra, que no se pierde una serie y cuyas sugerencias sigo a pies
juntillas, requeteprogramo el iPlus para grabar “Girls”, estrenada el domingo por la noche en V.O.S. La serie
prometía chicas neoyorquinas como usted y como yo (bueno, más bien como usted,
porque yo de chica tengo poco y, de neoyorquina, ni les cuento). Quiero decir
chicas de verdad, de las de celulitis en el muslamen, no unas locas que
cabalgan sobre sus Manolos hasta para ir al campo, que van siempre perfectas,
impecables, idealas, que están delgadísimas a pesar de ponerse de cupcakes
hasta el Vuitton. O lo que es lo mismo, “Girls” la han vendido como el paso de
la serie aspiracional a la serie real: si “Sexo
en Nueva York” era la cara, “Girls”
es la cruz, que harticas estábamos de intentar averiguar cómo Carrie Bradshaw podía llevar ese tren
de vida con una columna semanal, que ya lo decía el cuplé: “¿De dónde saca pa
tanto como destaca?”
Así que veo la serie esperando ver una colección de ¡ARGS! de la Cuore, y
lo que me encuentro es a mí misma y a mis amigas hace (¡ay!) 20 años. Sin
Twitter, sin iPhone, sin WhatsApp (sí, podíamos vivir así), pero con los mismos
problemas: los novios, el sexo, la falta de pasta, el cumplir con las
expectativas, los problemas laborales, las relaciones con las amigas, con los
padres… tener la vida por delante y no saber muy bien qué hacer con ella. Si el
retrato generacional en “Girls” se hace con Instagram, el mío se hacía con una
Kodak. Pero, básicamente, las cosas no han cambiado tanto, y menos ahora que
vivimos en una adolescencia perpetua.
Lena
Dunham es la guionista, directora, creadora y
protagonista de la serie, y viene apadrinada por Judd Apatow (sí, me gustó “Virgen a los 40”) y bautizada
por la HBO. Dunham interpreta a Hanna, una veinteañera becaria a la que sus padres le van a cortar
el grifo. Hanna es rápida, ingeniosa y verborréica y, efectivamente, le sobran
kilos: después de que dijera de Adele
que “Está un poco demasiado gorda”, si la ve Karl Lagerfeld la apunta al Natur House ipso facto. Pero a
diferencia de otras (servidora de ustedes) Dunham tiene el atrevimiento de mostrarse
como es. Y eso, en un mundo donde tienes que cumplir todos los requisitos de la
belleza convencional, es un acto de rebeldía y de autoafirmación. En esta serie
la “it girl” se ha convertido en una
“eat girl”. Veremos si aguanta el tirón o acaba poniéndose a dieta.
Más real que la vida misma: en “Girls” las
amigas no están abrazándose cada cinco minutos, no corren por Manhattan a -5º
sin medias y el sexo es antilujuria, tan descarnado, rápido o cutre como puede
serlo en la vida real (si quieren ponerse como una motoreta, vean “Juego de Tronos”). No creo que Hanna sea
la versión femenina de Woody Allen y
no sé si llegará a serlo, pero la cosa promete. Le seguiremos la pista a Hanna
y sus amigas… aunque de vez en cuando pille las reposiciones de “Sexo en Nueva
York” y me encante viendo los estilismos inalcanzables de Carrie. La carne es
débil.
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