miércoles, 18 de julio de 2012

D de domingo


PUBLICADO EL DOMINGO 15 DE JULIO EN LA VERDAD

Vuelve el “V de Verano” y yo con él. Me dicen mis jefes que el suplemento estival me va que ni pintado porque soy “un soplo de aire fresco”. Yo, que quiero ser un tsunami, un tornado, un huracán, no llego ni a brisa marina: sigo siendo un soplo de aire fresco con 42 años. Para mear y no echar gota en el Tena Lady. Y, como saben que yo soy mucho de santificar las fiestas (todas), me encasquetan de nuevo los domingos, estos domingos de verano luminosos, espléndidos, inacabables, de café y periódicos junto al mar, de baño por la mañana, siesta por la tarde y paseo al caer el sol. Los domingos de verano son menos domingo y más sábado.

Nada debería fastidiarnos un domingo de verano: ni los atascos, ni las playas atiborradas, ni los tíos comiendo sin camiseta en los chiringuitos, ni las chanclas con calcetines, ni los suplementos con tipazas en microbikini, ni que las tipazas en microbikini planten su sobrilla al lado de la tuya. Ni siquiera encontrarte a Fernando Esteso, King África y Leonardo Dantés al rascar el socarrat de la paella, que los tres tenores se han unido para perpetrar un supuesto jitazo llamado “Pa los guiris”, como si el ébola, la malaria y la viruela no fueran suficientemente terribles por separado y se tuvieran que conjugar en una nueva enfermedad mortal: oigo a estos tíos y empiezo a pensar que Georgie Dann es un chansonnier.

Los únicos capaces de jorobarnos un domingo de verano son los mismos que nos han destrozado los viernes con los Consejos de Ministros. Han conseguido que ahora muchos no distingan entre un domingo de invierno y uno de verano, porque si no tienes que ir a trabajar el lunes, nada los diferencia. Que se vayan ya de vacaciones, que cada vez que trabajan ellos nos quedamos sin trabajo nosotros. Y que se casquen una ensaladilla con salmonelosis mientras escuchan a Merche cantando lo de Marina d’Or. Eso sí que te revienta el domingo. Y el estómago.

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