miércoles, 29 de mayo de 2013

Vidas paralelas


Publicado el 28 de mayo de 2013 en La Verdad

Todo el mundo me pregunta qué me pongo, mis secretos de belleza. Pues miren, yo no duermo en un Frigidaire como Alaska, sino que utilizo el sistema “Vitalinea Compensa”: que me pego un atracón de caldero, pues a cenar yogures. Que me atiborro de “Sálvame”, pues una sesión de Kiarostami, y así voy.

En plena velada compensatoria veo el fantástico documental Marina Abramović: la artista está presente sobre la retrospectiva de la Abramović en el MoMA. El documental repasa su obra y su relación con otro artista, Ulay, con el que formó pareja sentimental y artística durante 12 años, creando obras emocionantes, extremas y demoledoras. Tras infidelidades mutuas y celos profesionales, terminaron su relación con la performance Los amantes (cada uno comenzó a recorrer por un extremo la Gran Muralla China durante 2.500 kilómetros hasta encontrarse en el centro para darse un abrazo final), y Marina se reinventó: tuvo que aprender a ir al banco porque él siempre se ocupaba de lo externo y ella de lo interno, lo que viene siendo un “Yo manejo los cuartos y tú te quedas preparando las lentejas”, siguió una carrera ascendente en el mundo del arte y se convirtió en una artista reconocidísima, mientras que él, que se confiesa un vago, no levantó cabeza. Vamos, que Ulay era un julay.

Y claro, yo me acuerdo de mi Rosa Benito, que una establece paralelismos con quien le da la gana. Rosa y Amador son pareja hasta que ella descubre las infidelidades y los tejemanejes económicos de su marido. Rosa se queda en Madrid y Amador en Chipiona, pero en lugar de recorrer la mitad del camino cada uno, convierten la despedida en una megaperformance televisada con el patrocinio cultural de Tele 5. Rosa adelgaza, contrata un asesor financiero y se reinventa como artista multidisciplinar, que lo mismo te canta por la Jurado que te da la receta del arroz a banda, mientras que Amador deambula como vaca sin cencerro. Y es que la naturaleza humana es igual en todos lados, ya se vista de negro existencialista o de bata de cola.

Menos mal que, tras las separaciones de Marina y Ulay y Rosa y Amador, nos quedan como herederos artísticos Marujita y Dinio, que lo del viernes en el “De Luxe” lo ponen en el MoMA y lo petan. Pregunta Matamoros a Dinio: “¿Tardasteis mucho en copular?”. “¿En qué?”. “¡En follar!”. Esto no lo compenso ni viendo la filmografía entera de Bergman, lo sé.

P. D.: El documental recoge la retrospectiva en el MoMA, que incluyó registros en video desde la década del 70, fotografías y documentos y una instalación cronológica con la recreación por actores de acciones realizadas previamente por la artista. Además, la performance de Abramovic consistió en estar sentada inmóvil en el atrio del MoMa durante el horario del museo a lo largo de tres meses (calcularon que fueron 716 horas y media). En ella, los espectadores eran invitados por turno a sentarse frente a Marina para compartir la presencia de la artista. Aquí tienen el fragmento del documental que recoge el reencuentro entre Marina y Ulay durante el desarrollo de la performance.





2 comentarios:

Piticli se niega a decir tierno como el pan de molde dijo...

Ya se lo he dicho en FB pero que quede también constancia aquí ¡BRAVO!

(el vídeo me ha puesto tierno, tierno).

Hong Kong Blues dijo...

A mí Marina siempre me produce una reacción ambivalente. Pero seguro a ella eso le mola. Ullay me sorprende más, porque lo encuentro muy mono pero no me lo imagino nada hetero. Claro que si para tener un abrazo has de recorrer 2500 km, pocos polvos tuvo que afrontar.
El documental me pareció interesante. Dudo que determinadas performances se pudieran hacer en Spain: a ver quién es el guapo que consigue tener callado a cualquiera de la farándula más de 700 horas, jaja.
La ADORO.