miércoles, 13 de noviembre de 2013

Hablemos de sexo


PUBLICADO EL MARTES 12 DE NOVIEMBRE EN LA VERDAD

Pues hala, ya se ha confirmado: la hija de Pantoja está embarazada. Se confirmó en el mismo instante en el que cumplió los dieciocho; hasta ese momento todo el mundo punto en boca porque era menor, pero igual daba porque los de “Sálvame” llevaban la cuenta atrás esperando a que llegara el día para poder soltar la bomba del bombo y, mientras tanto, iban dando pistas a lo Gila: “Alguien ha dejado embarazada a alguien…”. Y ya han podido decir que el primer “alguien” es un perla de diecinueve años que tiene otro hijo de dos con una muchacha con la que estuvo cuatro meses. Ole. Y el segundo “alguien”, la niña antes conocida como Chabelita y ahora como Isabel II desde que su madre pidió que la llamaran Isabel, “que es nombre de reina”. Ole con ole. Y ante esta situación, Isabel I de Cantora se saca un comunicado de la bata de cola y suelta que el embarazo de su hija “ha sido fruto de una relación estable y duradera de amor, así como plenamente consciente y deseado”. Con dos peinetas.

Pues qué suerte, porque la mayoría de los embarazos de las adolescentes son plenamente inconscientes y no deseados. Y eso se explica oyendo las preguntas que lanzan los chavales en los consultorios sexológicos, que mucho trelerele y mucho restregar la cebolleta, pero no tienen ni idea de cómo evitar un embarazo. Y no me extraña: a mi hijo le han explicado esta semana la reproducción, pero algo se les ha escapado porque, cuando terminamos de repasar, me pregunta “¿Y por dónde entran los espermatozoides del hombre en el cuerpo de la mujer?”. Normal: es como si explicas el aparato respiratorio sin decir que el aire entra por la nariz. Y entonces hay que tener LA CONVERSACIÓN. Y me encomiendo a Santa Elena Ochoa para que me ayude, que ya podía dejarse de tantos libros de Ivorypress de a 4.000 euros el ejemplar y volver a la tele en horario infantil para contar lo de la abeja y la flor en versión 2.0. No se trata de ver a Pocoyó enseñando a los críos a ponerse un preservativo, pero seguro que hay alguna forma de educarlos para evitar males mayores cuando llegue el momento de tener relaciones sexuales. También es cierto que algunos adolescentes lo saben de sobra y no toman precauciones porque tienen menos autocontrol que Falete en un bufé libre. Pero esa es otra historia.

1 comentario:

Hong Kong Blues dijo...

Me quedé de piedra con la noticia (y más con las fotos).
Es increíble cómo el dinero no da la felicidad. Ni la clase. Y menos aún la de prevención sexual. Por no hablar de la de inserción laboral (si nos fijamos en el otro DJ-mochuelo).
Total, que si en México los Ricos también lloran, aquí también son chonis.