martes, 25 de febrero de 2014

Operación Évole


PUBLICADO EN LA VERDAD EL MARTES 25 DE FEBRERO DE 2014

El domingo por la noche, aprovechando que estamos todos con las defensas bajas y los encefalogramas planos, Évole se tiró el moco con el mockumentary de “Operación Palace”. Y qué moco: ganó a Risto por KO. O por trendingtopismo, que últimamente viene a ser lo mismo. Y la España tuitera se revolucionó, ya ven, como si no viviéramos en un fake permanente. Porque lo de Évole fue una broma, un juego bien orquestado para demostrar que no se conoce toda la verdad sobre el 23-F y que los medios pueden manipular la información a sus anchas. Pero que la información nos llega adulterada ya lo sabemos; lo que queremos conocer es quiénes, cómo y para qué la manipulan. Y de eso, ni rastro. Por ello el programa sólo sirvió para que los que iban de listos aprendieran a borrar los tuits que los dejaban en evidencia, para ver las caras de niño malo que ponen los periodistas buenos cuando hacen travesuras, para echarnos unas risas y para comprobar que Garci bebió de la misma fuente de la eterna juventud que Ana Rosa. Y nada más.

Además, lo del mockumentary ya lo inventaron en "Sálvame" hace mucho tiempo, que allí van a tres guerras de los mundos por día. La diferencia es que el código establecido entre los seguidores de Jorge Javier y los de Jordi es distinto: mientras que los telespectadores de “Sálvame” no esperan oír verdades, los de “Salvados” no esperan oír mentiras. De ahí el desconcierto. Será la diferencia entre el imperativo y el participio. Y puestos a revolucionar la televisión, que no el periodismo, lo siguiente sólo puede ser hacerle un Poli De Luxe a Tejero.

Lo más creíble del programa fue cuando Garci cuenta que tuvo que llamar al orden a los políticos participantes en la trama porque ninguno quería meterse debajo del escaño y aparecer como un cobardica durante el golpe. Eso sí que me lo trago. Por cierto, que lo de Garci como “Special Guest Star” a lo Charo Baeza en “Vacaciones en el mar” fue enorme. Yo, por si acaso, acabo con la Operación Palace y empiezo con la Operación Bikini, no sea que Garci quiera rodar un remake de Fraga bañándose en Palomares y necesite extras. Si es que aquello ocurrió de verdad, claro. Y ahora que me acuerdo: ¿la boda entre la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín no la retransmitió Pilar Miró? Uy.


miércoles, 19 de febrero de 2014

Living Las Negras


PUBLICADO EL MARTES 18 DE FEBRERO EN LA VERDAD

Qué pocas ganas de volver. No, pocas no, ningunas. Te plantas en Las Negras, te tomas la primera caña y te olvidas del reloj, de la hipoteca, del curro, de los críos. Música, sol y mar, y a vivir dentro de un anuncio de cervezas durante dos días. Y siempre hay alguien que dice “Lo dejaba todo y me venía aquí a poner un chiringuito”. Eso si no llega Chicote y te lo jode, claro, que cómo vas a servir las tapas en esos platos de Duralex, que eres más guarro que la Potitos, que esto no es gastronomía, es balística, y que cambies la tabla de cortar, tío marrano, que esa es la misma sobre la que cayó la cabeza de Robespierre. Y te estresas otra vez.

Pero mientras te localiza Chicote y descubre la mierda que tienes en la cocina, puedes vivir de asar sardinas o de la bondad de los extraños, que ya me contarán cómo se lo montan los que vagan por la playa sin oficio ni beneficio aparente, con una guitarra en una mano y un canuto en otra. Son los que desenchufaron para siempre, los que convirtieron una escapada de fin de semana en una vida entera. Son los que te cuentan que han viajado por medio mundo, que tienen hijos a los que hace años que no ven, que se han sacado unas perras como extras en una película rodada en Almería, que viven en una cueva. Buen rollo, hermano. Por eso sólo en Las Negras uno puede acabar en lo alto de un cerro asistiendo a una ceremonia etílico-mágica oficiada por un chamán que canta bluegrass y al que le faltan más dientes que al Cuñao. Y no cuento más porque lo que pasa en Las Negras se queda en Las Negras.

Vuelvo a casa (sin ganas, repito) para sufrir las crueles ataduras de mi vida burguesa. Pero lo cierto es que se está mejor tendida en el sofá, calentica y viendo una peli que clavándote guijarros en los pies descalzos. Que no termino yo de verme con unos pantalones cagaos, llamando a mi hijo Orión y sin un escaparate que echarme al ojo. Y dice mi santo que si no puede colocar la antena de Canal Plus en la cueva, que pasa, que está la Champions al rojo vivo. Paz y amor, hermanos.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Ventolera


PUBLICADO EN LA VERDAD EL MARTES 11 DE FEBRERO DE 2014

¡Qué burra soy! Oigo “ciclogénesis explosiva” y pienso en Michael Fassbender en gayumbos, que a mí el término me suena más a bomba erótica que a fenómeno atmosférico. Y no puedo estar más equivocada: la ciclogénesis explosiva es una ventolera que, si te pilla, te lleva de Cartagena a Santander sin tener que facturar el equipaje. Pero ahora todos hablamos de la ciclogénesis como si nos hubiera poseído el espíritu de Mario Picazo, mientras que somos incapaces de distinguir entre levante y lebeche. Es que cuando nos da por una cosa, nos da.  

Sea ciclogénesis o vendaval del carajo, son malos días para llevar peluca: Encarnita Polo, Marujita Díaz y el Dioni permanecen encerrados en casa. Iñaki Anasagasti tampoco sale, que con esta ventolera la ensaimada se le desmonta en un plis. Y servidora llegó ayer al despacho haciendo un merecido pero involuntario homenaje a Paloma Chamorro. En días como éste, la única que tiene que seguir bien peinada en este país es Pitita Ridruejo: no hay temporal, huracán ni tornado que puedan con ese cardado. Y si para eso tiene que cargarse media capa de ozono cada vez que se echa laca, pues se la carga, que ya dijo el primo de Rajoy que esto del cambio climático era una tontería.

Problemas capilares aparte, Cartagena parece el escenario de la batalla final de “Los Vengadores”: ventanas rotas, carteles caídos, árboles arrancados, contenedores volcados… Los jardines están como si Eduardo Manostijeras hubiera podado los cipreses puesto de metanfetaminas. Y de tender la ropa ni hablamos, que mis bragas van a acabar en Albacete y no quiero darles material a los de Muchachada para sus gags. Sólo nos ha faltado un sharknado, aunque aquí, más que un tornado de tiburones tendríamos uno de mújoles. Y sí, es probable que hoy veamos pasar un burro volando. O más de uno.

Así que salimos a la calle con piedras en los bolsillos, agachando la cabeza, llevando, una vez más, el viento en contra. Ojalá empiece a soplar a favor. Ojalá este tornado nos lleve hasta Oz y podamos pedirle un deseo al mago. Ojalá que, si la respuesta está flotando en el viento, nos llegue pronto. Vaya, perdonen la reflexión poética, es que me ha dado un aire. A ver si me recupero pronto y me pongo a construir un refugio anti-tornados, que no quiero que me pase como a María Sarmiento.


NOTA: Ilustra el articulico la viñeta que el gran José Manuel Puebla publicó ayer en La Verdad. Columna de lujo.




miércoles, 5 de febrero de 2014

Felpudo maldito


PUBLICADO EN LA VERDAD EL 4 DE FEBRERO DE 2014

Luego no quieren que nos volvamos locas, pero es que así no hay manera: años soportando la tiranía de la depilación brasileña, pasándolas canutas con la cera y sufriendo en silencio, para que ahora lleguen Cameron Diaz y los de American Apparel a decirnos que hay que dejarse el pelo suelto. Sí, se acabó llevarlo más calvo que Matamoros o con un bigotito a lo Sazatornil. Lo que mola ahora es el rollo Chewbacca.

Pues menos mal, porque la tontuna con el tema del vello púbico había llegado a su máxima expresión con las prácticas de recortarlo de formas más raras que los rapados de Benzemá, teñirlo como si fuera un visón de Elena Benarroch o incluso aplicarle piedras preciosas y cristales Swarovski, que estoy yo que si mi santo me regala un pedrusco me lo coloco en el asunto. Hasta operarse se puso de moda. Pero las modas son pendulares, y al fin llega el momento en que el péndulo va hacia el otro extremo. Y servidora, agradecida. Porque no somos niñas ni muñecas. Somos mujeres. Y las mujeres tenemos vello púbico, aunque a muchos se les haya olvidado después de tanto tiempo viendo porno. Así que, si para que volvamos a tener el control sobre el aspecto de nuestras partes pudendas tienen que venir una firma de lencería, Cameron Diaz o Caitlin Moran (que habla del “IVA del coño” o del dinero que tenemos que gastarnos “en hacer que nuestros chihuahuas parezcan una repulsiva pechuga de pollo del Lidl”), pues bienvenidas sean. Ahora podemos rendirle tributo a los Jackson Five sin que nos remuerda la conciencia. Y la industria cosmética, encantada, que lo mismo les da vender crema depilatoria que acondicionadores para pelo encrespado. Incluso hablan de trasplantes capilares. Sí, ahí. Se me viene a la cabeza Bono y me entran los siete males.

Pero todo esta dominación del imperio calvirolingio la hubiésemos evitado si nunca hubiéramos perdido de vista las fotos de Jackie Kennedy Onassis desnuda en Skorpios luciendo todo su poderío: si la mujer que consiguió casarse con el hombre más poderoso del mundo primero, y con el más rico después, lo llevaba a lo Cantudo, quiénes somos nosotras para hacerle la contraria. Siempre hay que aprender de las grandes. Por cierto, a loro con las bragas sobaqueras de las maniquíes de American Apparel, que parece que también se va acabar la dictadura del tanga. Benditos sean.