PUBLICADO EN LA VERDAD EL 6 DE ENERO DE 2015
Atención: este artículo contiene un spoiler en
el segundo párrafo. De los gordos. De los que acaban con la infancia. De los
que te hacen odiar a tu madre más que Lars von Trier a la suya. De los que te
destrozan en final de “El sexto sentido”. Avisados quedan.
Le he dicho a mi hijo lo de los Reyes. Tal
cual. Él me ha preguntado y yo le he contestado. El crío me ha mirado con los
ojos más abiertos que yo haya visto nunca y ha empezado a llorar lágrimas de
desilusión. Que cómo me dices eso, mamá. Que vaya palo, mamá. Que eres mala,
mamá. Que se lo voy a decir a todos los niños del cole cuando vuelva, mamá. Que
si me fastidio yo se fastidian todos, mamá. Perfecto. Ya me veo delante del
pelotón de fusilamiento de la AMPA. Eso si sobrevivo a la bronca que me ha
echado mi santo en cuanto se ha enterado de la conversación: si por él fuera,
el heredero seguiría escribiéndole la carta a Baltasar mientras estudia tercero
de Exactas y hace la caidita de Roma con su compañera de clase.
Nuestro empeño por mantener a nuestros hijos
aislados en una burbuja de plástico que los proteja de los peligros, de las decepciones
y hasta de la verdad es vano, porque la burbuja tiene cada vez más agujeros por
donde entra el aire. Y ese aire contaminado, a veces, pesa mucho: explícales
que han de ser dignos, honrados y buenas personas en una época donde los
chorizos campan a sus anchas, motívales para que estudien mientras ven cómo sus
primos mayores siguen en el paro con dos licenciaturas, háblales de la igualdad
entre hombres y mujeres con la imagen de fondo de la Pedroche enseñando las
bragas, convénceles de que el trabajo tiene su recompensa cuando muchos de los
padres de sus amigos están en el paro. Y diles que, a pesar de todo ello, de los
desengaños, de los fracasos y de las frustraciones, siempre han de mantener la
ilusión. Aunque tengan una madre peor que Ángela Channing.
Ha dejado de llorar. Se sorbe los mocos, me
mira y me pregunta “¿Entonces el tema de los Reyes lo tengo que negociar
directamente con vosotros, ¿no? Pues quiero la tablet Samsung Galaxy 4G ”. Y se
ha quedado tan pancho. Ahora a ver quién es la guapa que no se la compra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario