PUBLICADO EL MARTES 14 DE JUNIO DE 2016 EN LA VERDAD
Wasapeamos por encima de nuestras
posibilidades, que pertenecemos a más grupos de WhatsApp que un expolítico a
consejos de administración. Estamos en el del cole, en el de la pandilla, en el
de antiguos alumnos, en el de la familia, en el del curro, en el del curro sin
el jefe, en el del regalo conjunto de boda y en el que nos meten sin que
nosotros queramos. A punto estoy de contratar a un becario para que me lleve la
comunicación.
Ana Blanco creó un grupo de WhatsApp para
estar en contacto permanente con Vicente Vallés y Pedro Piqueras, los
moderadores del debate de anoche. Sonsoles Ónega montó ayer uno con los jefes
de equipo de los candidatos, donde todos afirmaban que su aspirante se
encontraba fenomenal, igual que Naty Abascal saliendo de una fiesta: Rajoy
estaba genial, Iglesias tranquilo y con fuerza y Sánchez y Rivera con muchas
ganas. Parecían entrenadores de boxeo hablando de sus pupilos. Aunque si
hubiera sido Mickey Goldmill, el entrenador de Rocky, les hubiera soltado “Tienes
corazón, pero peleas como un maldito mono”. Pero los jefes de gabinete son más
de manual de autoayuda: “Que sea él mismo”, le recomendó Irene Montero a Pablo
Iglesias. “Sal y disfruta”, le aconsejó Fernando de Páramo a Albert Rivera, lo
mismo que les soltó Cruyff a los jugadores del Barça en la final de Wembley; lo
mismo que le digo yo a mi hijo cuando sale en la función de fin de curso: la
psicología de bolsillo es lo que tiene. “Naturalidad”, le indicaron sus jefes
de gabinete a Rajoy y a Sánchez. Luego hicieron lo que les dio la gana, claro:
Rajoy tan natural como una gaviota disecada, Sánchez tan natural como una rosa
de plástico. Por eso hace falta tener tanta discreción para dar consejos como
docilidad para recibirlos, que decía La Rochefoucauld. También decía que el
amor propio es el mayor de los aduladores. Claro, que eso lo escribió sin
conocer los wasaps que los jefes de equipo debieron de mandar a sus candidatos
después del debate: qué bien lo has hecho, te has salido, vamos a arrasar. Y
muchos iconos de aplausos, pulgares levantados, caritas sonrientes y flamencas
(las flamencas van bien para todo). Aunque yo hubiera dado mi móvil por leer los
mensajes del otro grupo: el de compañeros de trabajo donde no está incluido el
jefe. Ése es el bueno.
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