miércoles, 22 de febrero de 2017

LOS BUFONES

PUBLICADO EN LA VERDAD EL MARTES 21 DE FEBRERO DE 2017

Esta semana no he leído las revista del corazón. Ni una. Ni un divorcio, ni un casorio, ni una fiesta, ni un photocall de la dieta de la alcachofa que llevarme a los ojos. Nada. Niente. Nothing. Nasti de plasti. Es la primera vez en la vida que me pasa: hasta estando de luna de miel me las apañé para conseguir un ¡HOLA! en Sicilia, que mucho templo de Agrigento y mucho teatro de Taormina y mucho cannoli, pero yo tenía una desazón que no me dejaba vivir: a punto estuve de perderme que los barones Thyssen celebraban su catorce aniversario de boda en la intimidad familiar (con la revista como testigo, claro, que la intimidad pagada es menos íntima pero más rentable). Y a ver cómo hubiera sobrevivido servidora sin conocer tamaña noticia de alcance.  

Pero estos días estoy fuera de juego. Me he perdido a Chabelita casándose con retroactividad y alevosía, a la mujer de Kiko Rivera diciendo que es una suerte tener a Isabel Pantoja como suegra (tanta como tener a Ángela Channing de madre política, intuyo) y a María Teresa Campos confesando que toma pastillas contra la ansiedad. Normal: si yo pasara la mitad del día junto a un señor teñido con Farmatint y la otra mitad jugando al "gin rummy" con un montón de septuagenarias morenas por nacimiento y rubias por dedicación exclusiva, también me empastillaría hasta las trancas. Y bebería. Y lloraría. Y me tiraría por el balcón. Lo curioso es que, leyendo la prensa seria, tampoco he echado tanto de menos las revistas: Iglesias, Errejón, Montero, la infanta, Urdangarín. Y Trump, siempre Trump, que nos lo ha puesto ahí el Señor para salvar a los columnistas del mundo. God bless America. Está animadísimo el panorama. "Cultura política pop", que dice Ximo Puig. También dice que "Sálvame" ha invadido la política. Repito: lo dice Ximo Puig. Con esos pelos. Si Trump lleva un gato muerto en la cabeza, Puig lleva una rata (y los del PACMA sin decir nada). También afirma Mario Vargas Llosa que no hay diferencia entre la prensa seria y la prensa amarilla. Repito: lo afirma Vargas Llosa, que ha salido más en el ¡HOLA! que yo de copas. Me chiflan esto señores que se hacen los estrechos, pero que les gusta más una cámara que a Mocito Feliz. Visto el panorama, hay más bufones fuera que dentro de las revistas.






miércoles, 8 de febrero de 2017

LOS ALMENDROS ESQUIZOFRÉNICOS

PUBLICADO EL 7 DE FEBRERO DE 2017 EN LA VERDAD

Los almendros están esquizofrénicos. Ahora nieva, ahora llueve, ahora sale un sol que que para qué. Y los almendros florecen al tuntún engañados por una falsa primavera, sin saber que aún puede llegarles una helada traicionera y dejarlos desnudos. Así están los pobres, perturbados, trastornados, locos perdidos. Tan locos como el traje de Cristina Rodríguez en los Goya, por un lado Joan Collins desparramada y por otro choni puesta en cumplir. Tan idos como Mario Vaquerizo, que afirma que no hay que matar animales, pero que lleva abrigos de piel por estética (y porque tiene perras para comprárselos). Tan delirantes como las revistas de moda, que te piden que te aceptes a ti misma en la página par y te dan cinco direcciones para hacerte una liposucción en la página impar. Tan absurdos como Mariano Rajoy cuando afirma que "todo lo publicado es falso salvo alguna cosa" (aunque Rajoy es más de tautologías, tipo "España está llena de españoles" o "Un vaso es un vaso y un plato es un plato"). Tan excéntricos como Albert Rivera, que antes definía Ciudadanos como un partido socialdemócrata y ahora quiere ser liberal progresista. Tan desequi­librados como Podemos y sus líos. Tan despistados como el PSOE y los suyos. Tan contradictorios como nosotros mismos, que estamos a dieta de lunes a viernes y nos pegamos unos homenaje los fines de semana que ni Terelu desencadenada, que nos quejamos de la invasión de nuestra intimidad y compartimos en las redes sociales hasta la última tontuna que se nos ocurre, que defendemos el comercio de barrio y nos hinchamos a comprar en Amazon, que presumimos de ser naturales y auténticos y subimos a Instagram unos selfies más retocados que una portada de la Preysler.

Lo decía Gore Vidal: "En verdad, la vida misma es una contradicción, aunque sólo sea porque en todos los casos el nacimiento es la causa directa de la muerte". Y Vidal sabía mucho de contradicciones: el escritor, que se definía como "perra caballero", se tiró a todo lo tirable mientras permanecía cincuenta y tres años junto a un hombre con el que nunca tuvo sexo. Si Gore Vidal pudiera ver los almendros en flor se le pondría cuerpo de primavera, y se le reventarían las costuras, y le estallaría el corazón. A mí me pasa cuando los veo. Aunque luego lleguen las heladas y los dejen desnudos. Aunque acaben esquizofrénicos, los pobres.


viernes, 3 de febrero de 2017

REVENTADORES

PUBLICADO EN LA VERDAD EL 31 DE ENERO DE 2017

No eres nadie hasta que no te revientan un acto. Que se lo digan a Echegaray, a cuyas representaciones acudía indefectiblemente Valle-Inclán a montar el pollo: una vez, y ante un actor que se refería a la protagonista de la obra como "una mujer de seda con nervios de acero", Valle-Inclán se puso en pie y soltó "¡Eso no es una mujer; eso es un paraguas!". Ahora, en cambio, puedes reventar un acto sin tener que acudir, tan sólo mandando un wasap (que se lo digan a Trueba). La tecnología nos ha permitido pasar de reventadores de patio de butacas a reventadores de sofás. "La cólera del español sentado", que decía Lope de Vega. Y eso que Lope no conocía los móviles.
Los reventadores oficiales ya sólo se levantan para acudir a liarla a los actos políticos, que no culturales. No quedan reventadores en condiciones. Ni canaperos: desde que no se sirve una copa de vino español, los que son muy de merendar no van ni a presentaciones de libros ni a juegos florales. Conozco a una señora que asistía a todo lo asistible y se llenaba el bolso de canapés "para su perrito". Era el extraño caso del perrito gourmet que comía pinchos de foie con cebolla caramelizada. Con la crisis, el pobre bicho habrá vuelto al pienso del Mercadona. Por eso, se agradece que en los tiempos que corren un señor vaya expresamente a boicotear un mesa redonda sobre arte y monte un jari, un Cristo y una performance que me río yo de Marina Abramović haciéndose la intensa, de Jimmy Jump jorobándole a Daniel Diges su actuación en Eurovisión, de Rita Maestre protestando en la capilla de la Complutense o de Norma Duval tirándole un zapato a Jimmy Giménez-Arnau. Si hablar sobre arte todavía produce estas reacciones, es que no está todo perdido. La pena es que los reventadores de hoy en día se limitan a soltar cuatro improperios y chimpún, que son más de la escuela del "Sálvame De Luxe" que de la escuela de Atenas: una echa de menos el partido de los filósofos de los Monty Phyton, con Hegel discutiendo el gol de Sócrates porque "la realidad es simplemente nada más que un adjunto a priori de éticas no naturalistas". De todas formas, a mí me sacas de una discusión entre Lydia y Mariñas y me pierdo. Que yo soy de la escuela del "Tómbola".