viernes, 3 de febrero de 2017

REVENTADORES

PUBLICADO EN LA VERDAD EL 31 DE ENERO DE 2017

No eres nadie hasta que no te revientan un acto. Que se lo digan a Echegaray, a cuyas representaciones acudía indefectiblemente Valle-Inclán a montar el pollo: una vez, y ante un actor que se refería a la protagonista de la obra como "una mujer de seda con nervios de acero", Valle-Inclán se puso en pie y soltó "¡Eso no es una mujer; eso es un paraguas!". Ahora, en cambio, puedes reventar un acto sin tener que acudir, tan sólo mandando un wasap (que se lo digan a Trueba). La tecnología nos ha permitido pasar de reventadores de patio de butacas a reventadores de sofás. "La cólera del español sentado", que decía Lope de Vega. Y eso que Lope no conocía los móviles.
Los reventadores oficiales ya sólo se levantan para acudir a liarla a los actos políticos, que no culturales. No quedan reventadores en condiciones. Ni canaperos: desde que no se sirve una copa de vino español, los que son muy de merendar no van ni a presentaciones de libros ni a juegos florales. Conozco a una señora que asistía a todo lo asistible y se llenaba el bolso de canapés "para su perrito". Era el extraño caso del perrito gourmet que comía pinchos de foie con cebolla caramelizada. Con la crisis, el pobre bicho habrá vuelto al pienso del Mercadona. Por eso, se agradece que en los tiempos que corren un señor vaya expresamente a boicotear un mesa redonda sobre arte y monte un jari, un Cristo y una performance que me río yo de Marina Abramović haciéndose la intensa, de Jimmy Jump jorobándole a Daniel Diges su actuación en Eurovisión, de Rita Maestre protestando en la capilla de la Complutense o de Norma Duval tirándole un zapato a Jimmy Giménez-Arnau. Si hablar sobre arte todavía produce estas reacciones, es que no está todo perdido. La pena es que los reventadores de hoy en día se limitan a soltar cuatro improperios y chimpún, que son más de la escuela del "Sálvame De Luxe" que de la escuela de Atenas: una echa de menos el partido de los filósofos de los Monty Phyton, con Hegel discutiendo el gol de Sócrates porque "la realidad es simplemente nada más que un adjunto a priori de éticas no naturalistas". De todas formas, a mí me sacas de una discusión entre Lydia y Mariñas y me pierdo. Que yo soy de la escuela del "Tómbola".




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