PUBLICADO EN LA VERDAD EL MARTES 24 DE OCTUBRE
Qué nos gusta una guasa, un lío, cachondeo:
leo que el 155 es el número más vendido de la Lotería de Navidad. Que se ha
agotado, vaya, que ya lo puede buscar usted por tierra, mar, aire o internet,
que no queda ni uno. Y, por si no hubiera bastante con la rima, resulta que al
55 le dicen "los civiles" porque los dos números juntitos recuerdan a
una pareja de la Benemérita. Lo dicho: que nos va la marcha.
Pero hay gente pa tó y gente pa ná, como
servidora, que no compra lotería porque no cree en el azar (y porque es un poco
agarrá, que también). De aquí a Navidades voy sorteando como puedo al autobusero,
al carnicero y al compañero del curro, que me ponen una papeleta delante de las
narices cada vez que me ven. Y claro, al final caigo, no sea que les toque y me
los acabe encontrando en televisión echándose tres botellas de cava por la
cabeza, coronados con una peluca del chino y diciendo que van a destinar el
dinero del premio a tapar agujeros, mientras yo me recomo por dentro y me
condeno a seguir dándole a la tecla, que una le tiene mucha afición al
columnismo, pero más aún a vivir como una millonaria loca.
Hay otras que tampoco compran lotería, porque
ya les ha tocado: Alicia Vikander, que por lo visto no tenía bastante con ser
lista, estrella refulgente y monísima, se ha casado con Michael Fassbender. Sí,
con Fassbender, he dicho. Sí, con el HOMBRE con mayúsculas. Sí, con el que nos
hace suspirar como gataperras, nos pone como una motoreta y nos provoca
temblores de cintura para abajo. Y que no le deseo yo nada malo a la Vikander,
Dios y Nuestra Señora del Oscar a la Mejor Actriz me libren, pero ojalá le
entre a la chiquilla un desfase metabólico y se ponga hecha una torda, que a
las heterosexualas vivas del planeta nos ha dejado huérfanas de macho alfa, que
sobre lo de Cataluña no habrá acuerdo, pero sobre Fassbender hay mayoría
absoluta, ya ponga usted las urnas en un pueblo de Cuenca o en pleno centro de Malasaña,
ya se le pregunte a una señora que desayuna morteruelo o a una urbanita vegana.
Casarte con Fassbender sí que es tapar agujeros, y no que te toque la lotería.
¿Será suertuda, la tía?
NO HAY MÁS PREGUNTAS, SEÑORÍA