miércoles, 7 de marzo de 2018

INMERSIÓN


PUBLICADO EN LA VERDAD EL MARTES 6 DE MARZO DE 2018

Antes de llegar a convertirse en confesor de famosos con vinito blanco de por medio, Bertín Osborne ya cantaba aquello de "Dentro de ti hay una estrella / si lo deseas, brillará". Y parece ser que Osborne, visionario, llevaba razón: hoy todo el mundo está convencido de que lleva una estrella dentro, y desea que salga, y que refulja, y que brille, aunque la estrella sea de latón. Por eso no me extraña encontrarme un artículo de El Periódico en el que se cuenta la posibilidad de alquilar los servicios de un fotógrafo para que te persiga por la calle como si fueras un famoso. Tal cual. Experiencia inmersiva, que se llama. Así que tú, arreglá pero informal, te bajas a comprar el pan, a pasear al perro o a darte una vuelta por el barrio mientras que un fotógrafo (o varios, dependiendo ya de tu nivel económico y de tu grado de salud mental) te fríe a fotos. Y tú, reina por un día o celebrity por un rato, que lo mismo me da que me da lo mismo, te crees Paula Echevarría acosada por los periodistas, te imaginas que eres Froilán saliendo de un after, te piensas Isabel Preysler abandonando una clínica de cirugía estética por tercera vez en una semana, te sientes actriz oscarizada, o diva del pop, o cantante folklórica, que hay gustos para todo. Lo que no sé es si, por una módica cantidad más, una podrá hacerse la ofendida y pegarle paraguazos al fotógrafo, cagarse en sus muelas o estrellarle la cámara contra el suelo al grito de "¡No me vais a grabar más!", que si esta es una experiencia inmersiva, lo tiene que ser con todas sus consecuencias. Y, mientras tanto, los transeúntes contemplan la escena preguntándose quién es esa chica a la que persiguen los paparazzi. Objetivo conseguido.

Ahora la fama ya no es sólo efímera, sino también falsa, y si quieres creerte una estrella durante cuatro horas, pues aquí paz y después Photoshop. Ya lo decía Warhol: lo que cuenta no es quién eres, sino quién creen que eres. Claro que tampoco te puedes fiar mucho de un tipo que afirmaba que acudiría a la inauguración de cualquier cosa, incluso de un retrete. Y con fotógrafos, por supuesto. Pero es que algunos sólo se sienten vivos si los ven los demás. Aunque sea sentados en el váter.


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