miércoles, 11 de abril de 2018

SECRETOS

PUBLICADO EN LA VERDAD EL MARTES 10 DE ABRIL DE 2018
Todos tenemos secretos. Para nuestros amigos, para nuestras parejas, para nosotros mismos. Para todos, menos para Internet. Porque hay intimidades que sólo compartes con tu teclado. Y porque, gracias a las búsquedas en Google y a los likes en las redes, internet te conoce mejor que tu madre. Sabe de tus hábitos, de tus manías, de tus gustos, de tus deseos, de tus miedos; te coloca delante del espejo sin que estés preparado para ver tu reflejo, te hace un selfie sin filtros. Y así estamos, asumiendo lo que somos a golpe de ratón y encontrándonos con la verbalización de lo que más tememos cada vez que abrimos el ordenador, en una suerte de psicoanálisis virtual que pone en el escaparate de la pantalla todas las miserias que teníamos escondidas en la trastienda. 
Internet sabe cosas de ti que no reconocerías en público ni aunque te metieran astillas debajo de las uñas: sabe que las canciones de Manuel Alejandro te destrozan el corazón, que has visto cuatro veces "Showgirls", que te pone Adam Driver, que buscas fotos de antiguos novios o que prefieres las croquetas al sushi. Internet también sabe que estás obsesionado con quedarte calvo, que te preocupa estar poniéndote hecho un tordo, que tus niveles de papada comienzan a superar los de Carmen Borrego o que el otro día pegaste un gatillazo, y por eso te inunda con ofertas de trasplantes capilares en Turquía, y con anuncios sobre reducción de estómago, y con direcciones de cirujanos plásticos, y con remedios para la disfunción eréctil. Y, como internet te conoce mejor que si te hubiera parido, me apuesto el cargador de móvil a que a la reina Letizia ya le ha llegado una inscripción para participar en un taller sobre autocontrol impartido por el tío de "Hermano mayor", a Jaime Peñafiel una propuesta para retirarse a un monasterio cisterciense, y a los Populares de Madrid un curso CCC sobre Comunicación Política, que ese tuit pidiendo pistas para esclarecer el montaje contra Cifuentes es oro molío, veneno amasao, cremita y caviar, todo junto. A mí, en cambio, no paran de aparecerme anuncios de cremas antiarrugas y de pastillas de soja con isoflavonas. Hasta me han ofrecido muestras gratuitas de Tena Lady. Y luego no quieren que esté deprimida. El día que me llegue la tarjeta dorada de Renfe, tiro el ordenador por la ventana.

No hay comentarios: